Los métodos de tortura más escalofriantes de la historia
Esqueletos en jaulas colgantes, verdugos con hacha en mano, elementos de tortura de la Edad Media, estas y mil imágenes más guardan los museos dedicados a los métodos de tortura que se han ido implantando a lo largo de la historia. Escenas espeluznantes que han ido cubriendo la historia y cada protagonista con su pequeña historia detrás.
Estos métodos de tortura han recorrido los años y ahora son objeto de coleccionista, imágenes de museo que cada vez son más visitados en todo el mundo. Sin ir más lejos, el Museo de la Tortura de Santillana de Mar, en Cantabria, es uno de los más visitados de la comunidad. En e´l guardan algunos de los métodos más escalofriantes para hacer sufrir que el hombre ha inventado.
Toro de Falaris
Se trataba de una estatua hueca de bronce, que imitaba la imagen de un toro. Debajo de este enorme toro se encendía una hoguera que calentaba esta estatua para que cogiera los grados que un horno podía coger. Después, el acusado en cuestión, era introducido dentro del animal y se iba quemando entre las llamas que hacían rugir al animal de bronce.
Este método de tortura también suponía un eficaz método de ejecución, ya que la víctima acababa muriendo abrasado por las llamas.
La doncella de hierro
Particular método de tortura que fue muy utilizado en la antigüedad. Se trataba de un sarcófago con dos puertas y con clavos en su interior. Al cerrar la puerta, estos clavos conectaban con la puerta abierta lo que hacía que la víctima fuera perforada en todo su cuerpo.
Se sabe que la primera víctima de este método de ejecución fue un falsificador de monedas que fue introducido en esta doncella de hierro en 1515. Según cuentan este hombre fue perforado por los clavos en varias de las partes de su cuerpo, y permaneció gritando durante dos días dentro del sarcófago. Después de 48 horas, acabó muriendo.
La Falanga
Este método puede resultar menos dolores que los anteriores, pero seguramente se trataba de un dolor mucho más a largo plazo pero igual de intenso. Se trataba de colocar a la víctima con los pies atados y las plantas mirando hacia arriba. Una vez en esta posición, se le golpeaba con palos en las plantas de los pies.
Conforme golpeaban durante más rato las plantas de los pies de la víctima, el dolor iba ascendiendo por todo el cuerpo hasta lo que causaba dolores constantes y duraderos en el tiempo.
Cuna de Judas
Uno de los métodos de tortura más dolorosos que se recuerdan. Se trataba de una pirámide que acababa en un vértice especialmente puntiagudo. La víctima era levantada hasta una altura por encima del vértice y después la soltaban de manera que el pico coincidía directamente en sus genitales o en el ano.
Se solían usar poleas para levantar y suspender al preso, para dejar que bajara poco a poco y repetir el método durante varias veces.
La Rueda
Método de tortura de los más macabros que se recuerdan. Un verdugo, armado con un martillo o un palo, comenzaba a golpear las extremidades de la víctima hasta partirlas. Después de tener todas las partes de su cuerpo rotas, la víctima era colocada en una rueda, a veces hasta en la forma del perímetro de la rueda, que era posible gracias a que tenía los huesos rotos.
Una vez suspendida la víctima en esta rueda macabra, lo dejaban morir poco a poco, siendo un método de tortura bastante utilizado.
Existían algunas variantes como golpear directamente los huesos cuando la víctima ya estaba en la rueda, hasta que acababa muriendo.
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