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Televisión

Rocío Carrasco, a su familia mediática: “Queríais verme en la cama y medicada”

  • Idania Monzón
  • Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Escribo sobre la actualidad televisiva y musical. Además, me gusta investigar y hablar sobre todo lo relacionado con las ficciones del momento, tanto de la pequeña como gran pantalla.

En el nombre de Rocío está dejando grandes titulares en los medios de comunicación programa tras programa, de eso no cabe duda. Una emisión en la que Rocío Carrasco está sacando a la luz algunos de los aspectos más desconocidos de su familia, especialmente, de los Mohedano y los Ortega Cano. Por ello, y tras las declaraciones realizadas por Rosa Benito y Amador Mohedano, la hija de la cantante no se ha quedado callada.

«Me han tachado de mala madre y de mala hija. Ahí se sigue demostrando que ella se sigue creyendo que a mí eso me hace daño, pero ya no. Podéis decir lo que queráis, que los que quedáis retratados sois vosotros. Lo que queríais era verme en la cama y medicada. Eso se acabó. Son depredadores, pero sobre todo malas personas», declaraba mirando a cámara.

Y es que, la actitud de la que un día fue su tía sigue siendo algo que la hija de Rocío Jurado sigue sin comprender. «Una manera muy ridícula de mentir habiendo hemeroteca, porque si no la hubiera…Pero es que ella es experta en desmontarse a ella misma», agregó. Pero, no fue a la única que puso las cartas sobre la mesa, José Ortega Cano no se quedó atrás.

Jorge Javier Vázquez y Rocio Carrasco

«Yo siempre he vivido un ambiente de rivalidad absoluta. Mi madre lo que hacía era quitarle importancia. Yo la escuchaba decirle ‘pero si tú eres un torero grandísimo, si eres un artista’. Pero él eso no lo llevó bien y se veía como ensombrecido por la figura profesional de ella, por el amor que le tenía la gente fuera del escenario y dentro de él también», señalaba sobre el torero.

Y es que Rocío Carrasco explicó que el exmarido de su madre se sentía eclipsado por la cantante, algo que no le gustaba nada. «Él también se debía a su público y él no llegaba a aceptar que ella lo eclipsara y ella no lo hacía para hacerle daño, sino que lo llevada de per se en su naturaleza. Ella entraba en un sitio y lo acaparaba», sentenciaba.