Daniel Brühl confiesa en ‘El Hormiguero’ cuál ha sido su mayor mentira
El actor se ha sincerado


Junio ha empezado en El Hormiguero con la visita de Daniel Brühl, actor que protagoniza la serie Becoming Karl Lagerfeld, un biopic del famoso modisto y de cómo fue su vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Antes de su estreno el próximo 7 de junio, el invitado de Motos ha contado algunas de las mentiras que ha rodeado su vida.
La serie está ambientada en la década de los 70, donde el polémico diseñador comenzó a forjar su leyenda, llena de escándalos amorosos y de polémicas con otros compañeros de profesión y modelos. Tras tener que estudiar su vida, ha dejado claro que «era una estrella del pop, pero muy solitario. Una vida siempre bajo los focos, pero con problemas amorosos».
Para conseguir este papel ha tenido que estudiar bastante francés para imitar el acento del diseñador, «que hablaba rapidísimo» y suponía un reto para él. Pese a todo, en el casting mintió y dijo que hablaba perfectamente francés, una mentira que todo el equipo le terminaría por cazar cuando hicieron la primera lectura de guion.
«Se enteraron de que soy un impostor, como Karl Lagerfeld», por ese motivo tuvo que empezar a tomar clases para mejorar su acento y su conocimiento. Para eso se preparó en su casa de Mallorca, donde ensayaba con dos ovejas y el burro de su vecino, a los que recitaba los diálogos mientras estaba subido a unos tacones.
Pero esa no ha sido la única mentira que Brühl ha confesado en su paso por el programa de Antena 3. El actor hispanoalemán nació en Barcelona, pero su familia se mudó a Colonia cuando era todavía un niño, aunque nunca dejó de presumir de su vida y ascendencia española, tanto que llegó a contar algunas mentiras piadosas, igual que el diseñador al que da vida.
«Le dije a mi profesor de arte que mi familia tenía una buena relación con Joan Miró», algo que dijo con apenas 12 años y que era completamente mentira. La verdad terminó saliendo a la luz para su desgracia, pero también para su padre: «Finalmente, hubo un encuentro entre mi padre y el profesor, y mi padre me dijo: ‘Por favor, hijo, qué vergüenza’».
Las mentiras no acabaron ahí, ya que con su primera novia en Alemania se llegó a inventar que tenía a una chica completamente enamorada en España, pero esta vez tuvo que trabajarse toda la historia. «Esa chica no existía, y yo la había inventado. Compré incluso un disco y falsifiqué una dedicatoria con letra de chica: ‘Te quiero mucho. Sandra’».
Sobre su facilidad para mentir, el presentador ha querido saber si se miente mucho en los castings a la hora de conseguir los trabajos en el mundo del cine y de las series. «Hay que mentir, si no, no consigues los papeles», ha dicho recordando que en este último papel se dio cuenta de que quizás «había mentido demasiado» al descubrir que su francés es un desastre. Como ya contó antes, Daniel Brühl tuvo que estudiar para dar la talla , pero ha confesado que «disfruta enfrentándose a desafíos que nunca ha abordado antes».
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