Ha nacido una estrella. Lamine Yamal ha puesto patas arribas el tablero del fútbol mundial. Su gol ante Francia en la semifinal de la Eurocopa ha supuesto un antes y un después en la corta pero espectacular carrera de este joven de tan sólo 16 años. Un zapatazo en un escenario único. El mundo miraba y él decidió aparecer como lo hacen los grandes. Eso sí, cuando todavía no está ni cerca de cumplir la mayoría de edad.

Lamine Yamal ha dado un golpe de esos que suenan con fuerza. Un golpe seco, pero certero y tremendamente potente. El mundo llegó a la conclusión de que una estrella está en camino y es española. Patrimonio nacional que debemos proteger y cuidar, todos. Que este niño de 16 años con alma de crack mundial termine confirmando todo lo que parece que será depende de él, sus entrenadores y, como no, de un entorno que le debe proporcionar calma y tranquilidad. En ningún momento debe olvidar quién es y todo lo que le ha hecho llegar hasta aquí.

La parte positiva es que es una esponja tremendamente madura que se queda con todo y aprende de cada cosa que le sucede. Observa, atiende lo que le dicen y trata de asimilarlo todo. Tiene que seguir aprendiendo en todos los aspectos, ya que está en pleno proceso de formación, pero desde el cuerpo técnico de España destacan y celebran que dentro del terreno de juego sigue jugando como un niño de 16 años, lo que le permite tener un atrevimiento y un punto de inconsciencia que le convierte en un jugador diferencial.

Lo que más valoran es lo centrado que está y las ganas que tiene de mejorar en todos los aspectos. Tanto dentro como fuera del terreno de juego, la evolución de Lamine es constante. Por ejemplo, en esta Eurocopa es la primera vez que se ha sentado delante de los periodistas para dar entrevistas individualizadas y lo está haciendo como lo hace todo, con un talento poco usual para un chico de su edad.

Exhibición ante Francia

Ante Francia fue un martillo pilón desde el principio y su puesta en escena fue un centro envenenado marca de la casa directo a la cabeza de Fabián Ruiz, que mandó la pelota por encima del larguero para acariciar el primer tanto del choque. Después, tras el tanto de Kolo Muani, se sacó de la chistera uno de los mejores goles de la Eurocopa.

Con un descaro insultante, se acercó hasta la media luna y mandó a la escuadra de Maignan un zurdazo exquisito que quitó las telarañas de la portería gala y le otorgó el récord de convertirse en el jugador más joven de la historia en marcar en una Eurocopa. Y además, superó a Pelé como el futbolista de menos edad en disputar unas semifinales en un gran torneo. Y, récords aparte, no dejó de ser decisivo en la interpretación del partido, aunque no llegó al diez porque en la segunda parte levantó un poco el pie del acelerador.

Mejora a Pelé

Lamine Yamal se convirtió a los 16 años y 362 días en el goleador más joven en hacer un gol en toda la Eurocopa. Nadie había marcado en una Eurocopa ni en un Mundial con menos de 17 años. Ni siquiera Pelé, que lo hizo en Suecia 1958, con 17 años y 241 días. Estamos ante algo único en la historia del fútbol y sí, es español.

La Eurocopa de Lamine Yamal está siendo espectacular. Tres asistencias y un gol hasta el momento. Y menudo gol. Posiblemente, el mejor de la competición. Va a ser muy complicado que alguien le quite este honor, como el premio de mejor jugador del partido que la UEFA le otorgó tras este encuentro. Más que merecido

Lamine Yamal es un jugador diferente. Se le ve en cada acción. Se le nota cuando sale al campo, cuando coge el balón, cuando encara, cuando levanta la cabeza. Se le nota siempre. Es un pedazo de futbolista que el próximo 13 de julio, en la previa de la final, celebrará los 17 años. Y lo mejor es que su techo es totalmente desconocido.