Agradecido por haber disfrutado como «un cerdo en una charca», José Luis Martínez-Almeida ha dado la cara este martes para defender a la selección española por haber gritado y cantado en reiteradas ocasiones «¡Gibraltar español!» en la plaza de Cibeles. El alcalde de Madrid ha reconocido públicamente la entrega de La Roja en la celebración de la cuarta Eurocopa de España, una fiesta que se extendió durante horas, dado que los jugadores dieron rienda suelta a su entusiasmo, ovacionados por todos los presentes en la zona, repleta de gente.

Al paso de las críticas de buena parte de la izquierda, que ha reprendido a los futbolistas por el cántico de «¡Gibraltar español!» tras haber derrotado a Inglaterra en la final de la Eurocopa en Berlín, Almeida ha decidido defender al conjunto. Según el primer edil madrileño, los jugadores «no dijeron nada que no sienta el común de los españoles», entre los que se incluye él mismo. Así ha restado importancia al grito que proferido, principalmente, por el capitán Álvaro Morata o Rodri Hernández -que juega en el Manchester City- en la noche de este lunes.

Asimismo, el alcalde ha expresado que la fiesta a la que asistió, y que presenció desde la primera fila junta a la infanta Elena, fue «muy emocionante». De hecho, a él mismo se le pudo ver repitiendo la proclama de Gibraltar, frase que también gritó con él la infanta Elena. Es más, lo ha calificado como «un cántico muy bueno»: «Oye, no decimos nada que no pensemo. Pensamos lo que mensamos».

Además, el primer edil ha mostrado su gratitud con la Real Federación Española de Fútbol por elegir Cibeles y la sede del Ayuntamiento de Madrid como «base operativa» para el festejo. «Disfruté como un niño la noche de reyes, como un cerdo en una charca», ha bromeado en una intervención en La mirada crítica (Telecinco).

El saludo de Carvajal a Sánchez

En cuanto a las críticas rabiosas de la izquierda por el frío saludo de Dani Carvajal a Pedro Sánchez durante el paso obligado de La Roja por La Moncloa, Almeida ha censurado que se haga «de esta anécdota, categoría», algo que le parece «excesivo».

El alcalde del PP ha declarado que es «el colmo» que se le exija a un jugador -o a cualquier persona- un «grado de efusividad» concreto para dirigirse al presidente del Gobierno, y ha subrayado que Carvajal sí que «le saludó», con mayor o menor ánimo, algo que no se le puede «negar». «A lo mejor al presidente le hubiera gustado que hubiera sido más efusivo», ha ironizado. «No pasa nada por no poner una sonrisa a Pedro Sánchez», ha sentenciado el primer edil.

La Roja veta a Sánchez

Tal y como publicó OKDIARIO, los capitanes de La Roja vetaron la presencia de Pedro Sánchez en el vestuario tras la victoria del combinado nacional frente a Alemania en cuartos de final. El presidente del Ejecutivo asistió por primera vez al torneo en esa ocasión y los jugadores transmitieron a los emisarios de la Federación su disconformidad con que el socialista se presentara en los vestuarios para hacerse la foto: «Que ni se le ocurra bajar».

A su llegada a España como campeones de Europa este lunes, los futbolistas de la selección tuvieron que ir a La Moncloa para el habitual acto institucional, un compromiso que la Federación había adquirido con el Gobierno. Sin embargo, asistieron obligados. De hecho, la diferencia entre la escena de los jugadores con Pedro Sánchez y la de su visita a la Zarzuela -junto al Rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía- salta a la vista: mientras que en una se mostraron cómodos y mantuvieron en todo momento una conversación distendida, en la otra se limitaron a hacer acto de presencia.

Los jugadores de la selección española están molestos por haber sido utilizados por parte de Pedro Sánchez y del Gobierno, es decir, por la continua politización que ha hecho de La Roja. Tampoco olvidan los desprecios que les ha hecho en otras ocasiones el presidente del Ejecutivo. Por ejemplo, Sánchez se negó a recibir al conjunto masculino en La Moncloa hace justo un año, cuando se hizo con el título de la Liga de las Naciones, mientras que sí que recibió al equipo femenino por ganar el mismo título. Tampoco recibieron la tradicional visita del presidente a la concentración, y únicamente decidió viajar a Alemania para apoyar al equipo en la Eurocopa cuando vio que España iba pasando de fase y tenía opciones de hacerse con el título y, por tanto, con el máximo protagonismo.