Vicente Gil: «Sánchez es ya el líder del chavismo bolivariano en España»

La Ley de Amnistía que Pedro Sánchez y el PSOE han pactado con los golpistas catalanes es la declaración de un estado fallido. La confesión de un estado que renuncia a sí mismo, que se dice a sí mismo que no existe, donde no se respetan los derechos de los ciudadanos y se les persigue por sus ideas y donde la justicia prevarica por razones políticas. Eso es lo que ha firmado el PSOE con los golpistas catalanes.

La Ley de Amnistía es un paso más hacia el proyecto de un cambio de régimen que Pedro Sánchez y el PSOE le han robado a Pablo Iglesias, a Podemos y a la extrema izquierda. La Ley de Amnistía es la puerta abierta, como decía este martes Santiago Abascal, a un proceso constituyente de un nuevo régimen, por supuesto, republicano.

El sueño húmedo de Sánchez es ser presidente de la República. Sánchez le robó a Iglesias su proyecto político. Van a escuchar en La Antorcha a Pablo Iglesias en el Congreso el día que se despidió del Gobierno para que Ayuso lo arrasara en las elecciones y lo mandara a su casoplón de Galapagar. Iglesias se dirigió al PP y a Pablo Casado (al estilo de Chávez con la oposición venezolana) y les dijo: «Ustedes no volverán a gobernar en España». Le faltó decir aquello de La Pasionaria a Calvo-Sotelo horas antes de que lo asesinaran: «Usted ha hablado hoy, aquí, por última vez».

Pedro Sánchez es hoy el líder del chavismo bolivariano en España. La boba Europa -si está dudando sobre la amnistía- debería ser consciente del peligro enorme que corre con la infiltración de intereses tan oscuros (donde se mezclan Rusia, Irán o Venezuela…) en un país tan estratégico, militar y políticamente, como España.

Hoy verán también en La Antorcha a Nicolás Maduro hablando del lawfare que, efectivamente, tal cual adelantó OKDIARIO, está presente en el artículo 1 de la Ley de Amnistía. Turull, de Junts, lo ha dejado claro en TV3 con chulería e impunidad. Es tal la humillación a España, a nuestra Constitución, a nuestras instituciones y a nuestra democracia cada letra, cada palabra, cada párrafo, de ese texto infame, que sólo puede servirnos como acicate para mantener la tensión y resistir al golpe de estado protagonizado por el PSOE, Sumar, Podemos, Bildu y los independentistas catalanes.

Nada nuevo bajo el sol, hablando de golpismo y del PSOE. El PP se equivoca apelando a los 150 años de historia del PSOE. Salvo las dos décadas de Felipe González acercándolo a la socialdemocracia europea (obligados y financiados por Estados Unidos y Willy Brandt) y convirtiéndolo en un actor esencial de la Transición, el resto de la historia del PSOE es una historia de golpes de estado, violencia política y asesinatos. Colaboró con la dictadura de Primo de Rivera y en la República participó o apoyó varios de los golpes protagonizados por la izquierda en apenas cinco años. En febrero del 36, liderando esa asociación criminal llamada Frente Popular, terminó -como ahora- indultando a Companys y a todos los golpistas catalanes del 34 para devolverlos a la Generalitat saltándose las leyes y a los jueces de la propia República. El PSOE dio un golpe de estado contra la República. Aquel PSOE sovietizado y el resto de la izquierda nos llevaron a la Guerra Civil por hacer lo de ahora: por tratar de convertir un régimen y un país de todos en una república bananera de izquierdas donde los delincuentes sacados de la cárcel, la quema de iglesias, las torturas y el crimen político campaban a sus anchas a diario por las calles. Esta es la realidad histórica. Es el mismo proyecto de la izquierda actual: enfrentar a España, como en el 36.

Siendo justos. Aznar y Rajoy perdieron una enorme oportunidad. La regeneración democrática que prometieron nunca llegó. Debieron enseñar la historia de España y del PSOE adecuadamente, que para eso tuvieron mayorías absolutas, y no haber permitido que varias generaciones de españoles se hayan tragado en la escuela, desde pequeñitos, el relato manipulado de la historia y los mantras ideológicos de la vieja izquierda comunista y reaccionaria y la nueva izquierda woke posmoderna. De esos polvos de dejadez y complejos de la derecha, vienen estos lodos. Millones de ciudadanos que, por incultura, sectarismo y adoctrinamiento, votan esto que tenemos y prefieren en el Gobierno, antes que la derecha, al PSOE con los asesinos de ETA y los golpistas corruptos y malversadores de Cataluña.

El golpe de estado está en marcha. La dictadura de Sánchez ha comenzado a funcionar. Marlaska -ese personajillo de poca monta y múltiples complejos psicológicos- ha sancionado a tres guardias civiles por repetir en redes sociales su juramento en defensa de la Constitución y la unidad de España. Mientras, el mismo Marlaska, que no es más que otro bufón político de Sánchez, ha aceptado la petición de ponerle escolta policial a Puigdemont en Bruselas. Detengámonos en el disparate. Sanciona a tres guardias civiles por recordar su compromiso con la Constitución y acepta ponerle escolta oficial -pagada por todos nosotros- a un prófugo, a un huido de la justicia.

Es el mismo Marlaska -por cierto- que se fue a cenar a un local de moda y ambiente de Chueca la noche del 16 de octubre de 2019 mientras los CDR (ahora amnistiados) machacaban a los policías de Vía Layetana en Barcelona. Verán las imágenes de nuevo de Marlaska y su hamburguesa deluxe. Marlaska se la zampaba con su acompañante mientras a los policías no les quedaba ni agua que beber ni munición con la que defenderse. «Aguantad», les decía desde Madrid el mismo Marlaska que ordenó machacar a los manifestantes pacíficos de Ferraz el primer día de protestas contra la amnistía o permitió, este lunes, sin apenas cordón policial, una manifestación contra Ayuso en la misma Puerta del Sol.

Esto es lo que tenemos. Esto es lo que hay. A esto hemos llegado. Hace diez años se reían de quienes advertimos que llegaríamos a este punto con la entrada de Sánchez y Podemos en la política. Los venezolanos exiliados en España no dan crédito. Ellos vivieron los mismos pasos del chavismo sin creer que llegarían a lo que han llegado en un lugar tan rico como Venezuela: la tiranía y el hambre.

Hay una dictadura bolivariana en marcha en pleno sur de Europa. Pero nos defenderemos. Por España, por la libertad, por el Imperio de la Ley, por la igualdad y por el futuro de nuestros hijos. Como dice Ayuso: «Golpe por golpe».

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