España

El último agravio a la Corona: Sánchez apartó al Rey de la Cumbre del Clima para evitar que le robe protagonismo

En el guión de la última temporada de Juego de tronos que los asesores de La Moncloa han escrito, para formar el nuevo Gobierno Frankenstein, no hay ningún papel reservado para Felipe VI. Ni siquiera como personaje secundario. El monarca se ha convertido en un testigo incómodo de la campaña de demolición del régimen constitucional de 1978 que han puesto en marcha Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Como el conductor que da un volantazo para echar a la cuneta al coche que intenta adelantarle, el presidente en funciones parece obsesionado por colocar fuera de la cámara al jefe del Estado, para evitar que le robe el protagonismo.

Ocurrió el pasado 12 de noviembre cuando, tan sólo unas horas después de las Elecciones Generales del 10-N, Pedro Sánchez anunció solemnemente que había alcanzado un «preacuerdo» para nombrar a Pablo Iglesias vicepresidente de un Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos.

Las prisas eran tan evidentes que los dos protagonistas del acto tuvieron que ayudar a colocar el atril ante los fotógrafos convocados pocos minutos antes en La Moncloa. Pedro Sánchez ni siquiera había sido propuesto para formar Gobierno por el Rey Felipe VI. El presidente en funciones se encargó de quitar de en medio al monarca enviándolo a un polémico viaje oficial a Cuba, diseñado para blanquear a los dictadores Raúl Castro y Miguel-Díaz Canel.

La travesía de la niña Greta

Medio centenar de jefes de Estado y Gobierno asistieron el lunes en el recinto ferial de Ifema a la inauguración de la Cumbre del Clima, que acoge Madrid debido a los problemas de orden público que todavía persisten en Santiago de Chile.

Por la tarde, el Rey Felipe VI ofreció a estos mandatarios una recepción y un «cóctel ecológico» en el Palacio de La Zarzuela. Pero ni asistió al acto oficial de inauguración (en el que Sánchez llamó «puñado de fanáticos» a quienes niegan el cambio climático), ni tampoco se le espera en la ceremonia de clausura, prevista para el próximo día 13.  Pedro Sánchez sólo está dispuesto a compartir protagonismo con la niña Greta.

Tras el golpe de Estado del 1-O, el Rey Felipe VI ha intensificado su presencia en Cataluña durante los dos últimos años, como garante del cumplimiento de la Constitución. Y en cada una de sus visitas a Cataluña, ha sufrido los desplantes del president Quim Torra y la alcaldesa podemita de Barcelona, Ada Colau, que se han negado a saludarle.

Junts per Catalunya y ERC pidieron a la Junta Electora que prohibiera la presencia de la Familia Real en la ceremonia de entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona, por considerar que se trataba de un acto político que podía influir en el resultado de las Elecciones del 10-N.

«Poner al Estado contra las cuerdas»

El acto se celebró el 4 de noviembre en el Palacio de Congresos de Barcelona, entre violentos altercados de los CDR alentados por el propio presidente de la Generalitat. Ante la completa pasividad de los Mossos, los independentistas quemaron retratos del Rey y banderas españolas, arrojaron huevos e intentaron agredir a varios de los asistentes.

Quim Torra viajó el pasado 20 de noviembre a Waterloo para planear con el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont «cómo culminamos el proceso de independencia y ponemos contra las cuerdas al Estado español», según anunció en las redes sociales.

El Rey se ve abocado ahora a proponer la formación de Gobierno al mismo Pedro Sánchez que negocia su investidura con ERC (cuyo líder, Oriol Junqueras, está en la cárcel condenado por sedición y malversación) y Junts per Cataluña, el partido del presidente Quim Torra que quiere «poner contra las cuerdas al Estado», anima a los CDR a pegar fuego a las calles y pide a la Junta Electoral que prohíba la presencia del monarca en Cataluña.

Aunque el «socio preferente» de Sánchez en el nuevo Gobierno Frankenstein tampoco se queda atrás: Podemos ha anunciado que celebrará el próximo 9 de mayo un referéndum contra la Monarquía, como ha informado OKDIARIO.

Llega con 50 minutos de retraso

Pedro Sánchez no ha dudado, eso sí, en poner la figura del Rey a su servicio cuando lo exigía el guión. El pasado 7 de agosto llegó con 50 minutos de retraso al Palacio de Marivent, en Mallorca, para asistir al tradicional despacho oficial con Felipe VI durante las vacaciones de la Familia Real.

Tras la reunión, no dudó en interpretar y utilizar políticamente las palabras del monarca para presionar a los grupos políticos que se negaban a apoyar su investidura: «El rey dijo que los españoles no quieren repetir elecciones y lo comparto con él», afirmó.

De nuevo lo ha hecho este miércoles la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, quien tras ser recibida en el Palacio de la Zarzuela ha asegurado que el Rey quiere que haya investidura cuanto antes. Pedro Sánchez está impaciente por cambiar de nuevo el colchón de La Moncloa.