Tribunal de Cuentas

El Tribunal de Cuentas crea una comisión antimachismo mientras demora las inspecciones a los partidos

La presidenta del Tribunal de Cuentas ya organizó un concurso de fotografía feminista ajeno a las funciones del organismo

El Gobierno está creando entes duplicados como la Oficina de la Contratación en lugar de confiar en el Tribunal de Cuentas

Enriqueta Chicano, presidenta del Tribunal de Cuentas.
Enriqueta Chicano Jávega

El Tribunal de Cuentas ha creado un grupo de trabajo específico para luchar contra el machismo e implantar el lenguaje inclusivo, a pesar de que tiene mucho trabajo acumulado como fiscalizar las cuentas de los partidos políticos de 2020 a la actualidad. A pesar de que la Real Academia de la Lengua Española se ha pronunciado en numerosas ocasiones en contra de forzar el uso del femenino al hora de expresarse, este organismo judicial dedica recursos a reescribir textos y en crear nuevos manuales para blindar el uso no sexista del español.

Fuentes del Tribunal de Cuentas muestran a OKDIARIO su estupor con este tipo de decisiones orquestas por la presidenta, Enriqueta Chicano, nombrada a propuesta del PSOE. En lugar de centrar esfuerzos en dotar de más medios a los trabajadores del Tribunal, que ante la avalancha de trabajo, tienen muchos asuntos por abordar, prefiere impulsar cuestiones que nada tienen que ver con la fiscalización de las cuentas de los diferentes estamentos del Estado.

«Va a pasar a ser el Tribunal de Cuentas… y cuentos», bromean otras personas consultadas. «Chicano está dejando pasar trenes de suma importancia por estar pendiente de otras cosas secundarias. Quiere introducir, en contra de la RAE, temas como el lenguaje inclusivo, revisando textos, creando comisiones para nuevos manuales, etc.», reprochan.

El Tribunal de Cuentas ya protagonizó una intensa polémica cuando convocó de forma interna el I Concurso fotográfico feminista conmemorativo del Día Internacional de la Mujer a propósito del 8M, en 2023. En 2024, tras el malestar generado, si se ha celebrado una segunda edición no se le ha dado publicidad fuera de la casa.

La RAE, en febrero, sin ir más lejos, publicó un comunicado en el que reprochaba varios puntos a la Mesa del Congreso de los Diputados en relación al documento titulado Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria. En este sentido, la RAE podría pronunciarse también sobre las medidas supuestamente feministas del Tribunal de Cuentas que van en la misma línea.

Los académicos del español han estipulado que «no se avanza en la consecución de la igualdad democrática de hombres y mujeres forzando de manera artificial la gramática y el léxico de la lengua española, sino arbitrando medidas legislativas que conduzcan a la equiparación de derechos, mejorando la educación que nuestros jóvenes reciben en la escuela y trabajando de otras muchas formas».

«No se avanza modificando arbitrariamente opciones que el español comparte con muchas lenguas. Las sociedades en las que se hablan lenguas que organizan de otra forma las propiedades morfológicas del género no son necesariamente más democráticas que la nuestra. No son sexistas muchos usos gramaticales y léxicos del español que las autoridades presentan como tales. Sospechamos que, tras esa peculiar disyuntiva, se esconde el deseo implícito de acrecentar la distancia -ya considerable en la actualidad- entre el universo oficial y el mundo real», indica la RAE.

Memoria anual

En este contexto, el Tribunal de Cuentas ha aprobado su memoria anual de funcionamiento del año 2023. Fuentes expertas señalan que «se podían haber hecho más informes de fiscalización, que es el objetivo del Tribunal, pero se están dedicando tiempo, recursos humanos y materiales a temas y áreas que el personal del Tribunal de Cuentas tiene superados. Son asuntos marginales como la igualdad, el acoso, como si estuviéramos en Nigeria…», afirman las fuentes citadas.

Precisamente, en ese documento se recoge que el último informe de Fiscalización de las aportaciones percibidas por las fundaciones y demás entidades vinculadas de los partidos políticos corresponde al año 2020. Además, hay 45 informes sobre cuentas de entidades del sector público estatal y 30 del autonómico que no se han aprobado en plazo a cierre de 2023.

Y mientras tanto, el Gobierno de España está creando nuevos organismos con funciones que tienen mucha ligazón con el Tribunal de Cuentas. Amplios sectores del Tribunal consideran que el Ejecutivo de Pedro Sánchez trabaja en crear duplicidades en lugar de confiar en el Tribunal de Cuentas.

Como ejemplo, están la nueva Agencia Independiente de Protección del Informante y, entre otras, la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación Pública. Son entidades redundantes que están en el ámbito del Tribunal de Cuentas si estuviera centrado en su trabajo fiscalizador.

Prioridad a «lo público»

Otro de los últimos movimientos que ha generado sorpresa en el Tribunal de Cuentas al margen del machismo ha sido la forma de «tematizar» la estación de Metro Tribunal, la más cercana a la sede central del organismo. Se han instalado vinilos y diversa decoración con unos muñequitos que reflejan algunos mensajes con un claro tinte izquierdista. «Nos preocupa lo público», indica uno de los carteles. Se trata de una afirmación que refleja la mentalidad de la presidenta del organismo, que se centra en «lo público», los millones de euros de los presupuestos generales del Estado que crecen año a año con los impuestos. Les preocupa los 3,2 millones de funcionarios que hay en España y, por el contrario, parece ser que no tanto los otros 18 millones de personas del sector privado que mantienen lo público.

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