INMIGRACIÓN ILEGAL

Sánchez promete 250.000 empleos en países con 3 millones de inmigrantes dispuestos a llegar a España

Los países a los que va dirigida la promesa de Sánchez acumulan más de 3 millones de personas en calidad de desplazadas

Pedro Sánchez inmigración
Pedro Sánchez con el presidente de Mauritania, Mohamed Cheikh El Ghazouani. (Foto: EFE)
Pelayo Barro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido desde Mauritania a los países africanos de la zona que creará una bolsa de empleo de unos 250.000 puestos anuales como solución a la crisis de inmigración ilegal. Un colectivo «fundamental», según Sánchez. Un anuncio criticado por la oposición al considerarlo un «efecto llamada», en una zona del mundo que acumula enormes presiones migratorias con una bolsa de unos 3,3 millones de personas desplazadas (según la ONU) y dispuestas a dar el salto a Europa. Además, se trata de un grupo de países donde el yihadismo ha ganado terreno en los últimos años y que en algunos casos, como Mauritania, es tradicional la mutilación genital femenina: según la ONU, el 70% de las niñas y mujeres mauritanas han sido sometidas a ella.

Sánchez ha llegado a su gira por África no solo con 500 millones de euros en ayudas, sino con la promesa de crear unos 250.000 empleos anuales para su sistema de «migración circular»: personas que vengan a trabajar en determinadas campañas agrícolas o textiles con el compromiso de regresar a su país una vez finalice su estancia.

La propuesta, anunciada durante su paso por Mauritania -primera parada de la gira-, ha generado inquietud entre la oposición. Sobre todo teniendo en cuenta la situación actual que se vive en la zona del Sahel, uno de los puntos más calientes del planeta actualmente y el que más personas desplazadas acumula. Así lo refleja ACNUR, la agencia para refugiados de la ONU, en un reciente análisis de la situación en la zona.

Según datos del organismo, con fecha de abril de 2024, entre Burkina Faso, Mali y Níger, en el Sahel Central, hay más de 3,3 millones de personas que se encuentran desplazadas de sus países por culpa de conflictos armados. A ellos hay que sumar los de Mauritania y Senegal, dos focos de inmigración ilegal que nutren la ruta occidental de las pateras con destino a Canarias, la que más ha crecido este año con un 154% más de presión, según Frontex.

Esa bolsa de 3,3 millones de personas, señalan desde las fuerzas de seguridad españolas dedicadas a la lucha contra la inmigración ilegal, son potenciales clientes de las mafias de tráfico de personas que operan en la costa de esos países. Mafias que han proliferado en los últimos años y meses y que, como advertían fuentes policiales a OKDIARIO, están tirando los precios de los saltos a Canarias con respecto a las mafias del Mediterráneo. Allí el cerrojazo a la ruta italiana es casi total, con una caída del 95% de las pateras en la costa de Túnez. De hecho, la vía canaria es la única que crece, y lo hace exponencialmente.

Tampoco ha pasado desapercibido tras la propuesta para la inmigración de Sánchez el hecho de que esta zona del Sahel es posiblemente el área del mundo donde más se está expandiendo el yihadismo, con la posibilidad de que recurran a la inmigración ilegal como vía de acceso a Europa. Un extremo que ya reconoce incluso el propio Gobierno socialista, y también la Unión Europea.

Por otra parte, cabe desatacar que algunos de esos países aún mantienen como tradición prácticas fuertemente perseguidas en occidente, como el caso de la mutilación genital femenina. En Mauritania, por ejemplo, el 70% de las niñas y mujeres de 15 a 49 años han sido sometidas a esta práctica de la ablación, según datos de la propia ONU.

250.000 empleos

Según los cálculos del Ejecutivo, España necesitará de 200.000 a 250.000 trabajadores inmigrantes al año, hasta 2050, para «sostener el Estado del bienestar». El socialista ha planteado la medida en plena crisis migratoria, aprovechando su viaje de tres días por Mauritania, Senegal y Gambia. Y con un desempleo en España que afecta a 2,5 millones de personas -según las cifras oficiales-, tres millones si se tienen en cuenta los parados que no contabiliza el Gobierno.

España ya cuenta con un acuerdo de estas características con seis países -Marruecos, Colombia, Ecuador, Honduras, Argentina, Senegal y Uruguay- y ahora Sánchez pretende ampliarlo a Mauritania y Gambia. Según este plan, se formaría a inmigrantes en sus países de origen para que luego cubran puestos de trabajo específicos en España, por un tiempo limitado, y enfocados fundamentalmente a labores agrícolas o textiles. Al término de esta actividad, el compromiso es regresar a su país.

El impulso de este tipo de fórmulas, consideró Sánchez este martes en una comparecencia conjunta con el presidente mauritano, es la apuesta que debe hacer España como alternativa a los movimientos migratorios ilegales. Cabe recordar que España afronta un notable incremento de las llegadas este año.

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