España
Invasión rusa de Ucrania

Sánchez presume de la OTAN en Letonia mientras España es el aliado que menos gasta en defensa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reclamado este martes en Letonia su papel de protagonista como uno de los líderes de la OTAN en plena invasión rusa de Ucrania. El líder socialista ha acudido a la base de Adazi, donde se encuentra desplegado un contingente militar español formado por medio millar de efectivos de la Brigada Guzmán el Bueno X, carros de combate Leopard y blindados Pizarro. A Sánchez le han acompañado el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. Sin embargo, los datos empañan la foto: según la última auditoría interna de la Alianza, España es el socio que menos gasta PIB dedica a defensa (1%), mejorando sólo a Luxemburgo -que no dispone de fuerzas armadas-.

La pasada semana, Moncloa leyó con suficiente precisión los vientos de la opinión pública ante la invasión rusa de Ucrania y dio un rápido giro de timón. De mantenerse en una posición neutral, la que le exigían sus socios de Podemos y otros aliados parlamentarios abiertamente antiotanistas, a unirse a la coalición internacional de apoyo a Ucrania. De las mascarillas y el material sanitario enviado en un primer momento se pasó en días, rectificación mediante, a «material ofensivo»: lanzacohetes antitanque, ametralladoras ligeras y munición.

Para apuntalar la imagen de Sánchez como protagonista de la respuesta internacional a la crisis provocada por el Kremlin, Moncloa ha organizado una visita express del presidente a la base militar de Adazi, en la frontera de Letonia con Rusia. Este martes, el socialista llegaba hasta esas instalaciones, base de la misión de la OTAN Enhaced Forward que busca disuadir a Rusia de emprender en el Báltico una aventura expansionista como la que estos días desangra a Ucrania.

Además, ha asegurado que «las sanciones económicas son uno de los medios más contundentes de los que disponemos para poder poner fin a esta guerra injustificada que está librando Putin».

España, a la cola de gasto

En Letonia, Sánchez se ha puesto el uniforme de la Alianza y ha mostrado el compromiso de su Gobierno con la organización militar. Un compromiso que, sin embargo, no se refleja en los datos de inversión en defensa. En 2014, en la cumbre de Gales, la Alianza pactó elevar la media de gasto militar hasta el 2% del Producto Interior Bruto. Un grupo de países que incluía a España, como uno de los países que menos gastaba en aquel momento, solicitó una década de plazo para adecuar sus cuentas a esas exigencias. Un periodo que finaliza el próximo 2024. Sin embargo, mientras otras naciones sí han avanzado hacia el objetivo, España se ha quedado en la cola del gasto.

Así lo constata la última auditoría interna de gasto que ha ejecutado la OTAN, que data del pasado 2021. España figura penúltima en gasto militar, dedicando apenas un 1,02% de su PIB a defensa. La mitad de lo que le exige la Alianza. Por delante de España se encuentran todos los países, encabezando Grecia y Estados Unidos (que superan el 3%). Con una excepción: Luxemburgo. Con una superficie de territorio similar a Vizcaya y una población equiparable a la de Zaragoza capital, el pequeño ducado europeo carece de fuerzas militares como tal. Tan sólo un grupo de defensa territorial formado por 900 efectivos.

Gráfico sobre el gasto militar de la OTAN (Fuente: NATO Public Diplomacy Division).

Sólo prensa amiga

El acto, que el gabinete de Presidencia ha organizado de forma urgente tras la polémica sobre el envío de armas con sus socios morados, se ha dado a conocer este pasado lunes por la mañana mediante la filtración a algunos medios concretos. En la noche del lunes, a menos de doce horas para que el avión presidencial despegase de la base aérea de Torrejón de Ardoz, no se había registrado ninguna comunicación ni convocatoria oficial de La Moncloa anunciando dicho encuentro en el país báltico, como suele ser habitual para que los periodistas que cubren el día a día del presidente puedan organizar sus agendas.

La selección de los medios se ha hecho de manera arbitraria, a dedo, por la Secretaria de Estado de Comunicación que dirige Francesc Vallès y cuya encargada del área internacional es Carmen Pérez. Generalmente, Moncloa primaba, a la hora de elegir a quienes trasladaba en el avión presidencial, a medios que habitualmente hacen viajes internacionales, pagados por sus empresas editoras, y que siguen la actividad del jefe del Ejecutivo. Pero esta vez no ha sido así, como ya ocurrió en las dos últimas ocasiones en que el Gobierno decidió trasladar a los comunicadores para garantizar su presencia y facilitar el desplazamiento a lugares con malas combinaciones en avión regular.