ENTREVISTA

Rosa Salort: «Las intoxicaciones en el Hospital de Toledo están retrasando posibles diagnósticos de cáncer»

“Estamos en un limbo. No podemos trabajar en estas condiciones, pero tampoco podemos estar de baja”

“Olemos la comida de la cocina, que está dos plantas por debajo. Es surrealista”

“No nos sentimos respaldados para nada por la Consejería. No garantizan por escrito que nuestra salud está protegida”

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Luis Balcarce

Las intoxicaciones que desde hace un año sufren los técnicos del Laboratorio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Toledo no sólo están afectando a la salud de los trabajadores: también están provocando un impacto directo en la asistencia sanitaria. Así lo denuncia Rosa Salort, delegada del CSIF, trabajadora y afectada, que advierte de que los episodios tóxicos están agravando de forma evidente los retrasos en las biopsias y, por tanto, confirma como adelantó OKDIARIO, el retraso de posibles diagnósticos de tumores.

Los trabajadores llevan 12 meses sufriendo irritaciones oculares, sangrados nasales, dolores de estómago, eritemas y crisis respiratorias, como el espasmo laríngeo que obligó a una celadora a acudir de urgencia al hospital. “Seguimos sin saber qué nos intoxica”, denuncia Salort. Pese a múltiples mediciones, la dirección no ha identificado el origen del problema.

La delegada del CSIF afirma que ni la Gerencia ni la Consejería de Sanidad han ofrecido soluciones reales: “No nos sentimos respaldados para nada por la Consejería. No garantizan por escrito que nuestra salud está protegida”.

Incluso recuerda cómo el consejero Fernández Sanz llegó a restar importancia a la llamada al 112 para evaluar un posible riesgo químico: “Pedimos ayuda porque cuatro compañeros acabaron en urgencias, y aún así nos criticaron por avisar a los bomberos”.

Aunque los informes médicos acreditan “efectos tóxicos por gases”, la mutua laboral Solimat se niega a conceder bajas por falta de causa confirmada.
“Estamos en un limbo. No podemos trabajar en estas condiciones, pero tampoco podemos estar de baja”, denuncia. Salort, que se ha visto obligada a reducir su jornada un 75 % para limitar la exposición, confirma que muchos técnicos están agotados física y psicológicamente.

 

Retrasos en biopsias y riesgo sanitario

La situación no sólo afecta a los trabajadores: “Las intoxicaciones han incrementado los retrasos en las biopsias”, advierte. El servicio arrastra dos meses de demora en el corte con respecto al año pasado, lo que afecta especialmente a muestras que no están catalogadas inicialmente como sospechosas de malignidad. “Puede que alguna biopsia que se procesa como benigna termine siendo maligna. El riesgo existe”, subraya.

El laboratorio presenta además fallos estructurales graves.
“Olemos la comida de la cocina, que está dos plantas por debajo. Es surrealista”, relata. Y no sólo eso: en ocasiones llegan olores propios de microbiología, como el agar agar. “Eso demuestra que hay un problema en la impulsión y en la extracción».

Una crisis que sería un terremoto mediático si ocurriera en Madrid. Para Salort, la clave está clara: “Si este escándalo estuviera ocurriendo en Madrid, estaría abriendo telediarios y portadas a diario”. Sin embargo, en Castilla-La Mancha, afirma, “se está intentando minimizar lo que es una situación gravísima”.

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