España
Independentismo en Cataluña

Torra medita responder a la sentencia del 1-O con otra declaración de independencia

Una nueva declaración unilateral de independencia no es compartida por gran parte de su Govern ni de los partidos que le dan apoyo

Torra ordena a la golpista Òmnium que organice la desobediencia civil tras la sentencia del 1-O

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, esta más solo que nunca. Hasta el punto de pensar unilateralmente la respuesta institucional del Govern a la sentencia del juicio del 1-O, siempre que sea condenatoria. Si hasta ahora la intención inicial de Torra y gran parte de JxCAT era la de adelantar las elecciones al Parlament a principios del 2020, la opción de una nueva declaración unilateral de independencia cobra cada vez más fuerza.

Fuentes cercanas a Torra aseguran que el presidente de la Generalitat está determinado a llevar al Parlament -que sólo ha votado una ley en los trece meses que lleva en el mando-, la votación de una nueva declaración unilateral de independencia. Esta es la respuesta preferida del jefe del Ejecutivo catalán, el más radical de su gabinete, a la deliberación de los magistrados del Tribunal Supremo que han juzgado a los líderes del proceso separatista.

La opción de una nueva DUI no es compartida por gran parte de sus compañeros del gobierno autonómico ni de los partidos que le dan apoyo, JxCAT y ERC. No obstante, de pedir al presidente del Parlament, Roger Torrent, la convocatoria de un pleno para debatir una nueva declaración de independencia, Torra cree que nadie en el independentismo se podría oponer, a riesgo de ser duramente castigado en caso de unas eventuales elecciones.

Cambios en Palau

Quim Torra, que hasta ahora se le ha criticado actuar al dictado del ex presidente fugado Carles Puigdemont, ha decidido poner fin a esas críticas remodelando su equipo en el Palau de la Generalitat. El jefe del Ejecutivo catalán ha relevado algunos cargos de confianza nombrados por los partidos para poner a personas de su más estricta confianza. Un movimiento que algunos interpretan como una forma de evitar filtraciones y crear un equipo sólido de cara a dar cumplimiento a sus directrices.