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Preocupación en Europa por el agua del grifo: los expertos lanzan una advertencia y España no se libra

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando pensamos en destinos donde el agua del grifo puede ser peligrosa para la salud, normalmente nos vienen a la mente países de África, Asia o algunas regiones de Oriente Medio. En esos lugares, una de las principales recomendaciones para los viajeros es evitar beber directamente del grifo y optar por agua embotellada, para prevenir enfermedades como diarrea, hepatitis A o cólera, provocadas por bacterias, virus o parásitos presentes en el agua contaminada. Sin embargo, esta problemática no se limita sólo a estas zonas; sorprendentemente, en Europa también existen lugares donde la potabilidad del agua del grifo no está garantizada.

Aunque Europa es conocida por sus altos estándares sanitarios y de control, no todos los países que la conforman ofrecen la misma calidad de agua potable. Según expertos y fuentes especializadas como el portal alemán Inside-Digital y la asociación automovilística ADAC (una de las más grandes de Europa), existen varios países del continente donde no es recomendable beber directamente del grifo. Cabe señalar que en muchos de estos países, aunque el agua pueda parecer clara y limpia, puede contener microorganismos peligrosos como bacterias coliformes, virus, o parásitos protozoarios, así como químicos contaminantes derivados de la industria o la agricultura.

El agua del grifo en Europa

Entre los estados donde el agua del grifo no siempre es segura para el consumo directo se encuentran Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Estonia, Georgia, Hungría, Kazajstán, Kosovo, Lituania, Moldavia, Montenegro, Rumania, Rusia, Serbia, Eslovaquia, Turquía y Ucrania.

Frente a esta realidad, España se posiciona dentro del grupo de países europeos donde la potabilidad del agua del grifo está garantizada y regulada de manera estricta. Las normativas de la Unión Europea en materia de calidad del agua potable son rigurosas, y el sistema español cumple con ellas a cabalidad.

El agua que llega a los hogares españoles se controla mediante múltiples filtros y procesos de tratamiento que aseguran su pureza y seguridad para el consumo humano. Esto significa que, en líneas generales, se puede beber agua del grifo en España sin ningún tipo de riesgo sanitario. Esta afirmación está respaldada por organismos oficiales y asociaciones europeas, incluyendo la ADAC.

Infraestructura

La calidad y seguridad del agua potable en España no son fruto del azar, sino el resultado de un proceso largo y constante de inversión, tecnología y controles. A lo largo de los años, el país ha desarrollado una red de infraestructuras modernas y eficientes que garantizan que el agua que llega a los hogares cumpla con los más altos estándares sanitarios.

Las plantas potabilizadoras juegan un papel fundamental en este proceso, ya que transforman el agua bruta en agua apta para el consumo mediante avanzados tratamientos que eliminan impurezas, microorganismos y sustancias nocivas.

Pero la potabilización no es el único factor clave. Las redes de distribución también se cuidan para evitar la contaminación durante el transporte desde las plantas hasta las viviendas. Además, los laboratorios encargados de su análisis trabajan diariamente para evaluar parámetros químicos, físicos y microbiológicos, asegurándose de que los niveles se mantengan dentro de los límites permitidos.

La legislación española sobre agua potable es muy estricta y está alineada con la Directiva Europea, la cual marca límites rigurosos para diferentes contaminantes y sustancias potencialmente peligrosas. Esta normativa también obliga a las autoridades a ser transparentes con la población, proporcionando informes públicos claros y accesibles que informan sobre la calidad del agua en cada región. Gracias a esta combinación de tecnología, control y regulación, los españoles podemos tener plena confianza en que el agua es segura, saludable y cumple con todas las garantías para nuestro bienestar.

¿Por qué sabe diferente?

Sin embargo, aunque sea segura, muchas personas encuentran que el sabor del agua puede variar según la zona geográfica, debido a las características locales del suministro, como la dureza del agua, el tipo de minerales presentes o el método de tratamiento. Esto no implica un riesgo para la salud, sino una diferencia en el gusto.

Existen varias razones naturales y técnicas que explican por qué el agua del grifo puede presentar un sabor particular.

Uno de los factores es la presencia de cloro, que se utiliza como desinfectante para eliminar bacterias y otros microorganismos que podrían causar enfermedades. El cloro es fundamental para garantizar la potabilidad del agua, pero puede dejar un sabor y olor característicos, que algunas personas encuentran desagradables.

Otro motivo que influye en el sabor del agua son los minerales naturales, como el calcio y el magnesio, que determinan su dureza. La cantidad y tipo de minerales varían según la región y la fuente del agua, lo que puede hacer que el agua tenga un sabor más o menos marcado.

Además, en ocasiones, el material y el estado de las tuberías internas en edificios o viviendas pueden modificar ligeramente el sabor del agua. En resumen, estas variaciones de sabor no representan un riesgo para la salud, sino que son simplemente características propias del agua potable.