Crónica de campaña

El PP gana un punto tras la semana trágica de Cataluña

Pablo Casado
Pablo Casado en un mitin en Málaga. (Foto: PP)

Tras la convulsión pasada, el último “tracking”, el seguimiento electoral que realiza diariamente el Partido Popular, revelaba este martes que, lejos de perjudicarle, las algaradas le están beneficiando sustancialmente. En un punto concretamente. La horquilla en el pronóstico le otorga al PP un mínimo de 99 escaños y un máximo de 104, más o menos lo que aventaban los sondeos publicados el lunes y cuyo último “trabajo de campo” se había efectuado el jueves 17, es decir cinco días antes del ‘tracking’ citado.

Por lo demás continúa reflejando una caída en picado de Ciudadanos, un descenso que, en opinión de los dirigentes del PP, no es una buena noticia para ellos porque puede adelantar que después del día 10 de noviembre Vox se convierta en el socio preferencial para un hipotético gobierno de centroderecha que ahora mismo ya nadie descarta.

El PSOE continúa en el lento descenso, pero descenso al fin, según estas mismas informaciones. Tanto es así que el equipo de sociólogos que efectúan estos seguimientos y que posteriormente los analizan, opinan con toda nitidez lo siguiente: «Hoy por hoy la victoria del PP es imposible, el día de las elecciones no lo es».

El PP tiene en este momento en su poder noticias demoscópicas de cómo transcurre la campaña en algunas regiones, por ejemplo en Castilla y León y en Navarra. En la primera, la novedad es que el PP revierte los resultados de abril y se convierte en el partido presuntamente más votado. El pronóstico apunta a que superará al PSOE al menos en tres diputados: «Un buen resultado para nosotros -aseguran desde el PP regional- sería conseguir por lo menos tres diputados más que el PSOE». Y añaden: «Quince para nosotros y doce para ellos». Sin embargo confiesan en que esta previsión no es la más halagüeña que persiguen. Le dicen a este cronista: «No es improbable que logremos incluso siete escaños más que en abril». Quizá por esto, el presidente del Gobierno ya ha anunciado que hará campaña en tres provincias donde se discute hasta el último escaño del recuento. Sánchez acudirá a Segovia, Zamora y Palencia, provincias en las que se puede decantar la victoria de unos, los socialistas a la baja, o los populares al alza.

Curiosamente, contra todo pronóstico, en Navarra se va a cumplimentar una lucha feroz por obtener el último escaño en el reparto que prevé la Ley d’Hont. La coalición Navarra Suma que agrupa a la Unión del Pueblo Navarro, PP y Ciudadanos ya aspira, y no lo niega, a conseguir un tercer escaño, un resultado que no se recuerda desde los tiempos de UCD o del Partido Popular de la primera mayoría absoluta de Aznar. Claro está que Navarra Suma no discute esta representación al PSOE, sino que lo lidia sobre todo con dos partidos: Podemos y Bildu. El PP, que se quedaría con este tercer escaño está centrando su campaña en las poblaciones de la Rivera, donde, en principio, prevé mayores apoyos.

Todas estas previsiones están naturalmente pendientes de dos acontecimientos: cómo influya en el electorado general la salida de Franco del Valle de los Caídos y, también, cuál será el resultado del debate a cara de perro que los líderes políticos nacionales van a realizar el próximo 4 de noviembre. De estos acontecimientos y, desde luego, de los datos económicos que se conozcan en los próximos días.

Por cierto que la Encuesta de Población Activa del último trimestre es bastante mejor que las cifras de empleo que se publicarán el día 5, veinticuatro horas después del debate.

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