España

Echenique, condenado por pagar en negro a su asistente, insinúa trato de favor de Ayuso a la cadena Room Mate

El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha sido el último en unirse a la campaña de la izquierda contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El hispano-argentino ha cargado contra Ayuso por vivir el confinamiento en un apartamento de la cadena Room Mate pese a que la presidenta ya ha confirmado que pagará de su bolsillo los gastos ocasionados.

Echenique se sube a la ola difamatoria contra el PP de la Comunidad de Madrid, que según la última encuesta realizada por Hamalgama Métrica para OKDIARIO arrasaría si hoy hubiera elecciones autonómicas pasando de 30 a 40 escaños. «88 m2, 100 de terraza, vistas espectaculares», así describe el apartamento en el que Ayuso ha pasado el confinamiento y durante el cual no ha dejado de trabajar para que Madrid paliara los daños de la pandemia del coronavirus. Mientras la vicepresidenta, Carmen Calvo, se recluía en una casa de 230 metros cuadrados, pagada con dinero público, para pasar la cuarentena, Ayuso ha utilizado el piso que la cadena Room Mate ha puesto a disposición de la presidenta.

Hay que recordarle a Pablo Echenique que la misma cadena ha medicalizado varios de sus hoteles y los ha ofrecido para que el personal sanitario y cualquier persona que lo necesitase pasara la cuarentena. Estos actos altruistas no gustan en las filas de Podemos.

Echenique, que no pagaba la Seguridad Social a su asistente, al que tenía trabajando en negro y sin contrato, se permite el lujo de dar lecciones y de insinuar que, por ejemplo, Room Mate hace todo esto por su estrecha relación con el Partido Popular: «Kike Sarasola, investigado por fraude. Ayuso promocionó sus hoteles en Twitter. Casado pidió bajar impuestos a los hoteleros desde un hotel suyo. Hay lío con los contratos con la Comunidad de Madrid», asegura en sus redes sociales un político que fue cazado defraudando a la Seguridad Social.

El portavoz de Podemos nada ha dicho sobre el caso de la guardaespaldas a la que la número 2 de Podemos explotaba y tenía realizando recados y que llegó a un acuerdo judicial secreto para que Irene Montero no fuera condenada.