HASTRA 3 MILLONES DE MADRILEÑOS SUFREN UNA HUELGA SALVAJE

El chollo de trabajar en el Metro (II): los familiares pueden heredar el puesto si muere un empleado

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Los usuarios de Metro de Madrid sufren retrasos y aglomeraciones por la huelga. (Foto: EFE)

El conflicto laboral en Metro de Madrid saca a relucir los puntos de desencuentro entre sindicatos y empresa a la hora de revisar el convenio laboral vigente. Uno de los privilegios más polémicos tiene que ver con la posibilidad de que los familiares de un trabajador del suburbano hereden el puesto en caso de fallecimiento del empleado.

En un servicio público, lo lógico parecería ser que los puestos vacantes se cubrieran con igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, pero los sindicatos del suburbano han logrado que esto no sea así: tienen prioridad, por ejemplo, las familias de cualquier trabajador fallecido. El puesto se hereda, en principio a favor de viudas y viudos, aunque nadie aclara si otros familiares pueden acceder a ese auténtico premio una vez sucede la tragedia.

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Documento que prioriza los puestos hereditarios en el Metro sobre la libre competencia entre ciudadanos para lograr el trabajo.

No es el único beneficio para el entorno. En el Metro, cuando un empleado se jubila, podrá utilizar gratuitamente todo el transporte de Madrid al acceder a un abono sin coste que, y esto es todavía más llamativo, también está al alcance de su familia.

Reconocimientos médicos pagados aparte si se hacen fuera de la jornada con doce euros y un día libre o reducciones de jornada del 50% con mantenimiento del 60% del sueldo y la posibilidad de acumularlo todo en dos días de trabajo; son otras de las características de un convenio ante el que todos callan.

El poder de los seis sindicatos del Metro, cuya convivencia no siempre es fácil y que en el pasado incluso le hizo llegar a las manos a uno de los principales dirigentes con otro ‘compañero’, impone el silencio entre los partidos de la izquierda, que jamás osarán criticar un documento que ahora toca renovar.

La huelga es el elemento de presión que, bajo un mensaje genérico de defensa del transporte público, se esgrime para renovar como sea el convenio ya caducado.

La Comunidad de Madrid no parece muy dispuesta a ceder y Cristina Cifuentes, que convirtió las rebajas en el Abono Transportes y la tarifa plana para jóvenes en uno de sus reclamos, ha dado instrucciones de aguantar el tipo y no tragarse ningún sapo.

Mientras se dirime el conflicto, millones de pasajeros -53 en el último mes computado, el abril pasado- llegan tarde a su puesto de trabajo y otros tantos añaden una hora extra para ir y volver a casa por los atascos y las aglomeraciones en los andenes.

Es cosa de las centrales sindicales, entre las cuales, ironías de la vida, hay una que se autodenomina ‘Solidaridad Obrera’. Tal vez crea que las estaciones están repletas de brokers de Wall Street, pero si algo no falta son, precisamente, obreros. Y a ellos no les permiten personarse en el curro hora y media después del horario reglamentario.

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