España
Pablo Hasél

En libertad la anarquista italiana acusada de intentar quemar vivo a un policía en Barcelona

Se llama Sara Casiccia, es italiana, tiene 36 años, es anarquista y ya ha sido puesta en libertad tras pasar 20 días en prisión acusada de intentar quemar vivo a un agente de la policía en Barcelona. Los agentes de los Mossos y la Guardia Urbana le identificaron por su ropa y le situaron en el lugar, pero su defensa ha exigido una prueba antropométrica positiva cuyo resultado, sin embargo, no ha sido concluyente. Ante las dudas, el juez la ha puesto en libertad este martes.

Según ha podido confirmar OKDIARIO, Casiccia ya ha sido puesta en libertad de la prisión de Barcelona en la que ingresó -sin fianza- junto con 6 italianos y un español acusada de pertenencia a organización criminal y homicidio en grado de tentativa. Pero los abogados que ejercían su defensa tenían un as en la manga y lo pusieron en juego: solicitaron una prueba antropométrica para determinar que la persona que se ve en las imágenes prendiendo fuego a la furgoneta de la Guardia Urbana en plenas protestas pro-Hasel era Casiccia. Las imágenes no pudieron servir de referencia para determinar las dimensiones del cuerpo y la cabeza de la acusada, por lo que el juez ha optado por ponerla en libertad a la espera de pruebas concluyentes.

Los Mossos ubican a Casiccia y a sus otros compañeros en el lugar exacto en el que el sábado 27 de febrero, pasadas las 8 de la tarde, los ultras de izquierda que defendían al rapero condenado por enaltecer a ETA trataron de incendiar el vehículo de la Guardia Urbana atacado. El agente que estaba en su interior pudo reaccionar con suficiente rapidez como para no sufrir heridas.

El artefacto incendiario que presuntamente utilizaron los detenidos falló, pese a que los manuales de los anarquistas italianos describen perfectamente cómo elaborarlos y utilizarlos correctamente. De hecho, los Mossos comprobaron que la coordinación de los asaltantes era tal que les pudieron ver cortando cables de farolas del alumbrado público o reaccionando, haciendo un círculo sobre alguno de los saboteadores cuando la prensa trataba de grabar alguno de estos actos para ocultar a los autores. Estaban perfectamente preparados.

El auto del juez que envió a este grupo a prisión estimó la gravedad de los hechos imputados, advirtiendo que “en el interior de dicho vehículo se encontraba un agente de la Guardia Urbana que temió por su vida y que manifestó notar el calor de las llamas, el cual pudo huir por la puerta del 3 copiloto con la cobertura de Mossos d´Esquadra que llegaron en ese momento y que pudieron apagar el fuego”.

Los agentes identificaron a uno de los compañeros de Casiccia como la persona que lanzó el cóctel molotov a la furgoneta. El individuo, líder del grupo, falló en su intento. Inmediatamente después, una mujer de nacionalidad italiana  fue la que se acercó a la furgoneta para arrojar líquido inflamable y provocar el incendio. El diario italiano La Repubblica fue quien la identificó sin duda alguna: se trataba de Sara Casiccia, una anarquista antisistema de 36 años afincada en Barcelona desde hace tiempo y moradora de una casa okupa.