Cartas Bomba

Las lecturas del jubilado de las cartas bomba: ‘Matar al Rey’ y ‘Memorias de un anarquista bilbaíno’

Jubilado cartas bomba
Las lecturas del Unabomber burgalés.
  • Ángel Moya / Luis Miguel Montero

Pompeyo González Pascual, de 74 años, el jubilado comunista que envió, presuntamente, seis ‘cartas bomba’ a Moncloa y otras instituciones del Estado así como a las embajadas de EEUU y Ucrania en Madrid, tenía claras sus afinidades políticas y gustos lectores. En el registro efectuado por la Policía Nacional se encontraron numerosos recortes de prensa y libros. Entre los recortes antiguos algunos que reflejan los gustos de Pompeyo y dos libros. En el salón de su casa El Capital, de Karl Marx y en el coche República, guerra y campos de concentración. Memorias de un anarquista bilbaíno de Félix Padín Gallo. Entre los recortes de prensa había una crítica de la presentación del libro Matar al Rey de José Luis del Corral.

No es lo único llamativo del registro donde estuvo presente su letrado de Herrero y Alegre de Miranda de Ebro además de 20 policías y un letrado de la Administración de Justicia enviado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Miranda de Ebro, que dictó el auto de entrada y registro en el domicilio de la calle Clavel 2 del detenido. Nada más abrir la puerta el hombre dijo en voz alta «se han equivocado», aunque luego por el resultado del registro posiblemente la Policía no se había equivocado.

Pompeyo también tenía recortes de prensa de artículos como la sublevación militar de febrero de 1936 o 11.580 años de cárcel para los 3 etarras que volaron la casa cuartel. En el armario de su dormitorio, único de la casa, había dos pósters, uno de la Pasionaria y otro del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En la cocina no había nada significativo para la Policía, pero sí en el salón, donde se incautaron de una veintena de tubos cilíndricos de metal, un marco de madera con la imagen del líder comunista ruso Lenin o un llavero de metal de la cara del Che Guevara de color rojo con la leyenda «Hasta la victoria siempre», varias páginas del diario oficial cubano Gramma.

Pero lo que más llamó la atención a los investigadores fue sin duda encontrar 14.800 euros en metálico en tres sobres, en concreto en billetes de 50 y 20 euros.  En el primero había 4.800 euros, 5.000 en el segundo y otros 5.000 en el tercero. Respecto a los elementos tecnológicos intervenidos Pompeyo guardaba cuatro tarjetas de memoria, una cámara de vídeo Samsung, otra cámara de vídeo Sony con sus respectivas tarjetas SIM, un ordenador portátil, cinco memorias pendrive, un teléfono móvil e incluso un Dron con una tarjeta de memoria incorporada, es decir, podía grabar imágenes.

Para fabricar las esquirlas que introducía en las cartas bomba el hombre se valía de un taladro en la terraza, una amoladora azul de la marca PowerPlus y también usaba una sierra de cortar metal.

La Policía también inspeccionó el trastero, pero estaba «prácticamente vacío», apenas un sofá similar al que se encontraba en el salón. En el coche del hombre, aparcado en la puerta, sólo encontraron un bote de pintura blanca y los libros República, guerra y campos de concentración y Memorias de un anarquista bilbaíno.

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