Montero publica un manual de actividades para «educar en diversidad»: sopas lésbicas y círculo de abrazos
Pretende educar a los que educan en la importancia del respeto a la diversidad
El Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, ha publicado un documento en el que recoge decenas de actividades dirigidas a profesores y otros docentes para formarles en «diversidad sexual». Entre las variopintas iniciativas propuestas se incluyen un «círculo de los abrazos» y una «sopa lésbica».
La iniciativa ha partido desde la Subdirección General para la Igualdad de Trato y la no Discriminación, dependiente del Instituto de la Mujer de Beatriz Gimeno. La entidad pública parte de la premisa de la necesidad de educar a los que educan en la importancia del respeto a la diversidad. De esta manera sostienen que «las personas LGBTI+ y todas aquellas que cuestionan el sistema sexo/género continúan encontrándose en riesgo de exclusión, discriminación y, en casos extremos, de sufrir agresiones y diferentes formas de violencia». Por ello han decidido publicar este manual de más de 150 páginas en el que se proponen actividades de formación.
Una de las múltiples actividades recogidas y dirigidas a docentes es el denominado «círculo de los abrazos». Funcionan así: los asistentes deben formar un círculo de unas 10 personas y una de ellas debe colocarse en el centro con los ojos vendados con un pañuelo. A continuación, «acompañados de una música tranquila», el resto de los participantes abrazarán de uno en uno a la persona que se encuentra en el centro.
La finalidad de esta actividad, según el documento de Igualdad, es favorecer la expresión de la afectividad y propiciar el contacto emocional y analizar los estereotipos de género. Para cumplir con estos objetivos se pregunta a los participantes varias cuestiones: ¿Eran iguales unos abrazos a otros? ¿Qué los diferenciaba? ¿Cómo nos sentimos durante la experiencia? ¿Qué imágenes nos vinieron a la mente? ¿Qué emociones?
Otra de las actividades es una versión especial de la tradicional sopa de letras. En lugar de ello, proponen una «sopa lésbica». Se trata de encontrar términos como chicazo, bollera, tortillera, camionera, marimacho o sáfica. La idea es identificar las palabras una a una para después analizarlas «evidenciando cuáles y cuántas son despectivas o insultantes».
«De las 12 palabras, sólo hay una que no tiene connotaciones negativas e incluso se puede considerar un cultismo: sáfica”, comentan en las «líneas de análisis» propuestas.
Sin embargo, el documento sostiene que muchas de ellas como ‘machorra’ o ‘camionera’ se refieren a «la masculinidad femenina identificándola con la orientación sexual, creando así una confusión conceptual donde lo que se penaliza es la disidencia respecto a las normas de género».
En el caso de la palabra ‘tortillera’, sostienen que su origen no está claro, pero que es una palabra despectiva que «probablemente provenga de la palabra ‘torticera’ cuyo significado es irracional, ilegítima».
El documento asegura también que la palabra ‘bollera’ sería otro sinónimo insultante que, de forma similar a la palabra ‘tortillera’, que ha ido «evolucionando y derivando hacia la profesión de aquella mujer que hace tortillas, se ha hecho extensiva a aquella mujer que hace y le gustan los bollos, utilizando la expresión ‘hacer un bollo’ para referirse a practicar sexo lésbico».
Otras de las actividades propuestas por la guía editada por el Ministerio de Irene Montero es una reflexión sobre temas tan importantes como la discriminación prestando especial atención al acoso que sufren muchos jóvenes por el mero hecho de ser gay o lesbiana. Además, se propone que los docentes compartan experiencias propias para reflexionar sobre ellas y aplicar sus vivencias para ayudar a los alumnos que puedan atravesar situaciones parecidas.
Estas formaciones, en las que además de docentes y equipos de orientación, han participado representantes de las autoridades educativas y de igualdad, de centros de formación del profesorado, de asociaciones juveniles y LGBTI+, de asociaciones de madres, padres y familias del alumnado, así como equipos directivos de los centros, tienen como uno de sus objetivos principales «la toma de conciencia sobre la importancia que tiene la formación específica en diversidad sexual».
Evaluación inicial
La guía de actividades del Ministerio de Irene Montero incluye un test inicial para que los docentes puedan conocer su nivel en los distintos aspectos de la diversidad sexual, familiar, corporal y de expresión e identidad de género.
«Te invitamos a realizar este breve test inicial, para valorar sobre qué módulos tienes conocimientos suficientes para tomar la responsabilidad de formar a otras personas y sobre qué aspectos es recomendable que continúes formándote antes de hacerlo», propone el documento.
Las veinte preguntas del test cuestionan sobre la definición de bisexualidad, de asexualidad o de trans gay. Además, incluye otro tipo de cuestiones tales como «¿Qué papel crees que tienen que tener las experiencias personales y la subjetividad en el desarrollo de las profesiones educativas?» o «¿Qué afirmación representa mejor la definición de “familia” que tienen las personas LGBTI+?».
Los docentes pueden autoevaluarse después a través de un sistema de puntos que les indica en qué materia necesitan más refuerzo.