Illa garantiza su apoyo a ERC para que pueda gobernar sin depender de Puigdemont
Salvador Illa está dispuesto a dar sus votos a Pere Aragonès para que pueda gobernar en solitario sin necesidad de pactar con Puigdemont
Sánchez se impone al PSC y designa a Salvador Illa candidato en Cataluña


Primeros movimientos en la izquierda catalana para dejar fuera del poder institucional, tras las elecciones del 14 de febrero, al partido de Carles Puigdemont. A falta de la publicación de los primeros sondeos con Salvador Illa como candidato del PSC, que permitirán ver la progresión electoral de los socialistas catalanes, el todavía ministro de Sanidad ya ha tenido los primeros contactos con ERC para explorar fórmulas de gobierno en Cataluña pasados los comicios. En privado, Illa garantiza a ERC que, si les necesitan para gobernar, les tendrán ahí, apoyando a un gabinete exclusivamente republicano o con los ‘comunes’, liderado por Pere Aragonès.
El nuevo candidato del Partit dels Socialistes, que compaginará la campaña con el cargo de ministro de Sanidad hasta dos semanas antes de las elecciones, apuesta por apoyar a ERC, que busca alejarse de la radicalidad que representan Junts per Catalunya y Puigdemont, mediante un acuerdo con el Estado. Salvador Illa, que se presenta como el principal antídoto contra la polarización de la política catalana, apuesta por recuperar los gobiernos de izquierdas como los que durante siete años dirigieron la Generalitat con los dos tripartitos.
A día de hoy, esa fórmula del pasado, parece prácticamente imposible. En Esquerra Republicana, prácticamente todos los dirigentes consultados, dan por descartada la opción de formar un gobierno conjuntamente con el PSC y los Comuns. Sin embargo reconocen que Pere Aragonès sí podría aceptar los votos del PSC para su investidura. De esta forma, el actual vicepresidente de la Generalitat podría gobernar, bien en solitario o bien con el apoyo externo de socialistas, los ‘comunes’ y la CUP, sin la necesidad de recurrir de nuevo a Junts per Catalunya, sus actuales socios, con los que la relación no es nada buena.
Devolver el favor
Precisamente el recambio de Miquel Iceta por Illa, una operación que se ha dirigido desde el Palacio de La Moncloa y desde la sede del PSOE en Madrid, y que tiene al presidente del Gobierno Pedro Sánchez como principal impulsor, persigue la voluntad de acercarse aún más a Esquerra Republicana. Se trata, dicen en Ferraz, de «fortalecer el vínculo» con los de Junqueras, convertidos en uno de los socios prioritarios del Ejecutivo. Tras garantizar a la coalición socialcomunista los Presupuestos Generales del Estado, a finales de diciembre, el PSOE está dispuesto a devolver el favor a ERC en forma de apoyo en Cataluña.
La buena relación de Illa con el partido separatista que dirige Oriol Junqueras, con los que negoció el apoyo de sus trece diputados a la investidura de Pedro Sánchez hace justo un año, es el principal motivo del relevo de Miquel Iceta. El número dos del PSC, cuyo papel en la negociación para sumar a ERC en el bloque del sí le facilitó el salto al Ministerio, se encuentra mucho más cercano a los separatistas frente a un Iceta más alejado por su posición en el Parlament. Es por ese motivo que, para pilotar el acercamiento a ERC, Sánchez buscaba desde el mes de julio desplazar al primer secretario del PSC para colocar en su lugar al ministro de Sanidad. Con Salvador Illa, opinan en Ferraz, «será más fácil llegar a acuerdos y rebajar las tensiones con el independentismo».
En el mundo independentista, en cambio, no opinan lo mismo. Creen que cambia poco que el cabeza de cartel sea Iceta o Illa. «La esencia del PSC es la misma: represión, falta de voluntad para el diálogo e imposición» resumen tanto desde ERC como desde la CUP y JXCat. Los socialistas, que reconocen «pueden mejorar notablemente su representación a costa de Ciudadanos», no forman parte de las prioridades de los independentistas a la hora de llegar a acuerdos. Fuentes de los principales partidos independentistas aseguran que «el PSC se ha situado claramente en el bloque anticatalán».
Para los de Junqueras, no obstante, elegir entre el apoyo de los de Puigdemont o los de Illa es una decisión difícil. Al menos, antes de la jornada electoral. Se trata de renunciar explícitamente a sus planes secesionistas o mantener el pulso con el Estado. Tampoco les será fácil una vez cerrados los colegios electorales, admiten, y con los resultados ya claros. Gobernar conjuntamente con Junts per Catalunya, los últimos tres años, no ha sido agradable para ERC. Cogerse de la mano del PSC, a los que acusan de mantener encarcelados a su líder y parte del gobierno que impulsó la declaración unilateral de independencia, les podría costar muy caro.
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