España

Aznar renuncia por las nuevas subidas de impuestos y las «cesiones a los independentistas catalanes»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Aunque el historial de desencuentros entre el expresidente Aznar y la actual dirección del PP-incluido Mariano Rajoy-viene de lejos, su renuncia a la presidencia de honor del partido responde a dos de las últimas decisiones del Gobierno: las nuevas subidas de impuestos y la política de diálogo emprendida con la Generalitat.

Este último asunto ha sido el que ha acabado por dinamitar las relaciones y, según ha podido saber OKDIARIO, Aznar se mostraba especialmente indignado por lo que consideraba «cesiones a los independentistas» catalanes por parte del Ejecutivo.

Hace apenas una semana, un artículo de FAES- la fundación que preside el exdirigente popular- sirvió ya de anticipo al anuncio de este martes. En él, se atacaba con dureza al partido y, en concreto, a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, encargada de dirigir la nueva estrategia con Cataluña. La fundación consideraba que el partido había «asumido el relato que hacen sus adversarios políticos», cayendo en un exceso conciliador con los partidos independentistas. Unas críticas que llegaban apenas un día después de que Sáenz de Santamaría afirmase que el partido pudo haberse equivocado recurrir ante el Tribunal Constitucional el Estatuto de Cataluña sin haber intentado una respuesta conjunta con el PSOE.

«La buena idea, apurar las posibilidades de diálogo en Cataluña, no debería llevarse al extremo de prescindir de una historia reciente en detrimento de las posiciones que el PP adoptó en su compromiso con la Constitución», se podía leer en el artículo. Un ejemplo claro de la irritación que los gestos hacia la Generalitat provocaban al expresidente.

Ese episodio fue el cúlmen de una historia de desacuerdos y de un nunca disimulado enfado de Aznar con el actual rumbo del PP. Las palabras enfadaron a Génova y a Moncloa, y el partido salió en tromba en defensa de la hoja de ruta. En palabras de la dirección, las críticas no se consideraron «ni mucho menos compartidas». El mensaje unánime fue que FAES ya no estaba vinculada al partido- en octubre, su patronato decidió romper todo lazo con el PP- y sobre todo que el Gobierno seguiría adelante para intentar «acercar posturas» con Cataluña mediante una hoja de ruta que, entre otros, incluye reducir la carga jurídica contra la Generalitat.

Contrario a la subida de impuestos

El expresidente se mostraba además contrariado con otra de las primeras medidas de legislatura: la subida de impuestos especiales (alcohol, tabaco y bebidas azucaradas), pactada con el PSOE.

Aznar siempre ha renegado de aumentar la fiscalidad al considerar que las subidas de impuestos provocan un impacto tremendamente dañino en las posibilidades de recuperación económica y generan más paro.

De hecho, en 2013 el enfado con la decisión de subir impuestos fue monumental y Aznar llegó a reclamar públicamente un sistema «eficiente y que mejore las condiciones competitivas de la economía», poniendo como ejemplo las reformas fiscales realizadas durante sus mandatos.

Entonces, Aznar llegó a presentar una propuesta de reforma fiscal, coordinada, entre otros, por el diputado Gabriel Elorriaga, en la que en 200 folios, explicaba a Rajoy una política de «pocos impuestos, bajos y sencillos». «Cualquier paso que se dé hacia impuestos más reducidos y hacia bases imponibles más amplias es un paso en la buena dirección», resumía el informe.

El expresidente acusaba entonces al líder del PP de haber concentrado la carga fiscal en las clases medias y de mantener una política de ingresos ineficaz. En su lugar,  defendía «descontar las ganancias nominales gravando solo los rendimientos reales; revisar los beneficios fiscales en el IRPF, y reducir el número actual de tramos de la tarifa de este impuesto, así como los tipos marginales de gravamen».

En su carta a Mariano Rajoy, Aznar basa su decisión en la intención de mantener su «independencia». Su renuncia ha provocado «alivio relativo» en Génova, ya que se entiende que el expresidente «nunca será un militante más» y que, precisamente, su nueva situación le da aún más libertad para las críticas.

En numerosas ocasiones, el exdirigente del PP ha dejado claro que no le gusta la actual política del partido. En los últimos meses, ese rechazo se había recrudecido. Su renuncia coincide precisamente con el aniversario de las generales del 20-D.Un día después de aquellos comicios, Aznar apareció por sorpresa en el Comité Ejecutivo del PP para reclamar una reflexión seria de por qué se habían perdido casi 4 millones de votos.