Un árabe que mandaba la frase «Allahu Akbar» con su móvil sembró el pánico en un avión de Iberia Express
El pasado martes el vuelo de Iberia Express (IBS 3674) que cubría el trayecto entre Madrid y Berlín, con salida a las 19.50 horas, regresó a la terminal por una amenaza de bomba. Un pasajero de origen alemán alertó a la tripulación de que su compañero de asiento, «una persona con rasgos árabes», escribía en dos móviles el mensaje «Allahu Akbar [Dios es grande]», lo enviaba por Whatsapp y luego los borraba.
La alerta terrorista que sufre toda Europa, máxime después del atentado de las pasadas navidades en Berlín, ha provocado un estado de psicosis, tensión y nervios en buena parte de la población europea. Así lo pudieron comprobar en sus propias carnes los cerca de 200 pasajeros del vuelo IBS 3674 de la compañía española Iberia Express.
Una pasajera alemana, que prefiere mantener el anonimato, ha relatado a OKDIARIO cómo y por qué se produjo la alerta que llevó a la cancelación del vuelo, a la retención de un pasajero sospechoso y a la inspección exhaustiva de la aeronave y todo su pasaje por parte de la Guardia Civil.
Cuando el avión se encontraba realizando las maniobras de rodaje camino de la pista de despegue, un pasajero alemán, de Berlín concretamente, se dio cuenta de que su compañero de asiento escribía de manera compulsiva en dos teléfonos móviles «Allahu Akbar», mensaje que enviaba por Whatsapp y que inmediatamente borraba.
La pasajera, sentada en la fila justo delante de los dos pasajeros, se dio cuenta inmediatamente de lo que estaba pasando. El pasajero alemán «alertó a la tripulación de la actitud sospechosa de la persona con rasgos árabes que tenía sentada al lado», relata la testigo que también es de origen germano. Los tripulantes de cabina pusieron en conocimiento del comandante de la aeronave lo que estaba sucediendo en cabina y éste, por motivos de seguridad, decidió dar la alerta y regresar a la terminal.
Inmediatamente se personaron en la zona de embarque agentes de la Guardia Civil destinados al aeropuerto Madrid Barajas-Adolfo Suárez que procedieron a un «fondeo» del vuelo. Esto quiere decir que se inspeccionó uno por uno a los pasajeros, a la tripulación, el equipaje alojado en la bodega y todo el aparato.
«El pasajero árabe no colaboró en ningún momento, incluso cuando apareció la policía», señala la testigo. Previamente, «el comandante le había invitado a descender del avión a lo cual este señor se negó», asegura una de las pasajeras afectadas. Los agentes de la benemérita apartaron a los dos pasajeros –el que había dado la voz de alarma y el causante de la misma– visiblemente nerviosos para proceder a interrogarlos. La pasajera alemana relata que «además el sospechoso había subido dos mochilas bastante grandes» lo que resultó muy llamativo para varios de los pasajeros por el tipo y la duración del vuelo.
Una vez recogidas las versiones de los dos hombres, y dado que los agentes no encontraron nada sospechoso en el avión, declararon el incidente como «falsa amenaza de bomba». Iberia Express sufragó los gastos de alojamiento del pasaje, que tuvo que hacer noche en Madrid y ser recolocado en otros vuelos de la compañía. La aerolínea asegura que «la decisión del comandante estuvo motivada en todo momento por motivos de seguridad de todos los pasajeros».
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