Analistas del PP alertan de que la estabilidad económica puede dar aún más votos a C’s

Analistas del PP alertan al partido de que la estabilidad económica puede acabar dando más voto a Ciudadanos que al propio Partido Popular, en contra de lo que se había afirmado en un primer momento. La advertencia ha empezado a llegar a la cúpula del Partido Popular en medio del nerviosismo interno por la subida que marcan al partido naranja todas las encuestas de intención de voto. Y la explicación de esa advertencia es sencilla: la económica preocupa a los votantes cuando la situación es mala. No cuando hay un convencimiento de que los riesgos de crisis han pasado.

El miedo a una debacle económica se ha difuminado. “El temor a que España caiga al igual que cayeron el resto de países rescatados se ha desvanecido por completo. Y con ello, los votantes han olvidado en su memoria electoral el mérito de la gestión económica y, por lo tanto, los potenciales electores han pasado a valorar los factores políticos”, justo los que impulsan en estos momentos a Ciudadanos, en especial la defensa frente a los nacionalismos, aclara una de las personas conocedoras de estos análisis internos.

La explicación de los analistas tiene un segundo e importante factor. El PP ha justificado a lo largo de estos años buena parte de sus decisiones políticas, no en un proyecto económico o ideología concretos, sino en la Comisión Europea: en que adoptaba las medidas porque eran exigidas por el control del déficit diseñado y marcado desde Bruselas. Esa explicación le ha permitido al Gobierno eliminar tensión interna y encontrar una disculpa ante el electorado, pero ha descafeinado su defensa económica. “Porque, si las medidas se han adoptado por imperativo europeo, quiere decir que cualquier partido que acepte ese imperativo podría adoptar medidas exactamente iguales o muy parecidas. Y nadie duda de que Ciudadanos vaya a mantenerse exactamente igual ante los parámetros europeos”, añade esa misma fuente.

A partir de ese momento, la opción de voto al partido naranja, de nuevo, deja de suponer un nerviosismo o temor para los antiguos votantes del PP. Y el factor del miedo -especialmente frente a la posible llegada de un frente popular comandado por Podemos y un PSOE radicalizado- era uno de los grandes reclamos de fidelización del voto popular.

Sin proyecto político

Lo cierto es que son varios los miembros y cargos del partido que llevan tiempo defendiendo que el PP ha perdido proyecto político. Y que, sin un claro discurso ideológico, tan sólo queda el argumento económico como factor de fuerza para atraer votantes. Sectores, encabezados por María Dolores de Cospedal, que no han dejado de remarcar que era necesario mantener un proyecto político que diferenciase al PP de Ciudadanos.

Los nuevos análisis electorales redundan en esta idea con un factor adicional: el de que en etapa de clara tutela europea y estabilidad económica es muy difícil remontar en las encuestas en base exclusivamente a la venta de la gestión económica del país. Porque nadie teme ya la recesión.

Estos argumentos han empezado ya a sonar internamente en el PP como explicación a las últimas encuestas de intención de voto conocidas. Encuestas todas ellas que marcan una fuerte subida de Ciudadanos, situando al partido de Rivera incluso en primera posición. Y encuestas que, igualmente, apuntan a que la gestión del golpe separatista por medio del 155 habría resultado perjudicial para las aspiraciones electorales del PP.

Y es que, más o menos creíbles, esas encuestas apuntan a escalada del voto potencial de Ciudadanos que llegaría hasta situarse en prácticamente el doble que en junio de 2016, pudiendo superar, incluso, la barrera de los 7 millones de votos. Una escalada que sólo se puede explicar en base a que el partido de Rivera esté en estos momentos quedándose con voto clásico de los dos grandes partidos históricos de España: PP y PSOE.

Las voces de alerta en el PP ya han empezado a sonar. Voces que llevan denunciando en círculos internos y en los últimos meses que la actuación del Gobierno en Cataluña en aplicación del artículo 155 de la Constitución se ha quedado corta y que se ha convertido en un factor de auge de voto de Ciudadanos.