OKENTREVISTA AL ALCALDE DE MADRID

Almeida: «¿Qué diría la izquierda si Inda escribiera que le gustaría fusilar a dos o tres personas?»

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«Imagine que Eduardo Inda escribiera un artículo diciendo que cada mañana le apetece fusilar a dos o tres personas. ¿¡Qué diría la izquierda!? Es su doble vara de medir». Es la queja del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, sobre la doble moral de la izquierda.

Almeida ha concedido, desde su confinamiento domiciliario por Covid, una entrevista a Hoy Responde de OKDIARIO. El alcalde lleva tres semanas encerrado en su casa por Covid. Desde ahí, ha conseguido sacar in extremis los Presupuestos de la ciudad para 2022 accediendo a la petición de los concejales carmenistas de Recupera Madrid: nombrar Hija Predilecta de la ciudad a Almudena Grandes. «No merece ser Hija Predilecta alguien que escribe esas barbaridades», dice por primera vez con claridad el alcalde en esta entrevista. Pero, para Almeida, la debilidad no es suya: «La debilidad argumental es de la izquierda que tiene que meter a Almudena Grandes en una negociación presupuestaria. No lo merece ni la memoria que ellos defienden de la escritora»

Le leemos al alcalde uno de los pasajes más polémicos de la escritora. El día que Almudena Grandes confesó que, cada mañana, le gustaría fusilar a dos o tres personas por no pensar como ella: «Cada mañana fusilaría a dos o tres voces que me sacan de quicio. Estamos en un país en el que la derecha española recuerda más a la de la II República que a la del franquismo donde se vuelve a reclamar el derecho a gobernar por gracia divina».

El propio alcalde nos recuerda («mucho más desafortunado») lo que escribió Almudena Grandes imaginando la violación de la Madre Maravillas: «¿Imaginan el goce que sentiría al caer [la Madre Maravillas] en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?». Grandes, incluso, reproduce la onomatopeya «¡mmm!» de los violadores de la religiosa. Pura exaltación de una violación. Para la izquierda, arte y literatura sublime.

Funeral y «saltitos»

29 de noviembre. Cementerio Civil de Madrid. Funeral de Almudena Grandes. Al acto acuden, acompañando a su viudo Luis García Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta Yolanda Díaz; la ministra de Igualdad, Irene Montero; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; el secretario general de CCOO, Unai Sordo, y amigos y camaradas comunistas de la escritora: Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos… Suenan Sabina y Chavela Vargas. Cientos de lectores de la escritora acuden con sus libros.

A esa hora, Almeida da saltitos de piedra en piedra en La Gavia, Vallecas. Está inaugurando un parque y cruza un riachuelo por un puente hecho de piedras separadas entre sí. El alcalde muestra agilidad y no cae al agua. Pero sí le cae la del pulpo por parte de la izquierda política y mediática. Joan Baldoví le llama «pequeño saltamontes». En la SER, Àngels Barceló habla de la «actitud indigna y mezquina de Almeida y Ayuso con Almudena Grandes. Uno dando saltitos sobre piedras y la otra presentando un Belén». Antonio Maestre escribe «La gigante y el mediocre». La gigante es Almudena Grandes y el mediocre es el alcalde.

Almeida expresó -en aquellos días- sus condolencias a Luis García Montero y su familia, pero sin más. No envió ninguna representación institucional al funeral (la Comunidad tampoco) y votó en contra de hacerla Hija Predilecta en el pleno del Ayuntamiento.

Ha pasado un mes de aquello. Almeida sigue teniendo claro que “Almudena Grandes no merece ser Hija Predilecta de Madrid». Pero ha «ponderado», dice, «entre un buen presupuesto para Madrid de 5.600 millones y Almudena Grandes. Ya tengo los Presupuestos». El alcalde es consciente -dice- de que «me jugaba mi crédito político».

 

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