España
'Caso Begoña Gómez'

Los 8 «jamás» de Begoña Gómez para intentar desmontar la investigación del juez Peinado

44 preguntas y ninguna respondiendo al juez: "Yo soy de Marketing, no sé de Jurídico"

Jamás, jamás y jamás. Begoña Gómez ha comparecido este miércoles ante el juez Juan Carlos Peinado respondiendo únicamente a las preguntas de su abogado, el ex ministro Antonio Camacho, en una estrategia que ha pivotado sobre ocho rotundos «jamás» que ha lanzado para tratar de desmontar las acusaciones de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo. Vestida de negro y con un semblante que las fuentes presentes han descrito a OKDIARIO como «tranquilo y relajado», la esposa del presidente del Gobierno ha elaborado  «con desparpajo» un relato cronológico que ha comenzado en 1997, cuando inició su carrera profesional en Inmark como socia directora.

La primera negativa contundente ha llegado al abordar su fichaje por IE-Africa Center: «Jamás» ha sido contratada por ser la mujer del presidente,  ha respondido. Ha destacado que Juan José Güemes la contactó en 2017, cuando Pedro Sánchez aún no ocupaba el despacho noble del Palacio de La Moncloa. Eso sí, ya había estado al frente del PSOE.

El segundo y tercer «jamás» han surgido al abordar su controvertida relación con la Universidad Complutense. «Jamás quise apropiarme de la marca [Transformación Social Competitiva, que daba nombre a su cátedra], sólo lo registré por protección, para que sólo se usara en ámbitos académicos», ha admitido Begoña Gómez, quien ha dirigido una docena de ediciones de dos másters sin poseer título oficial de grado. Ha defendido que su papel era de «colaboración adscrita» y que la cátedra no tenía «ningún tipo de retribución, ni para directores ni para nadie, es altruista, cero». «Jamás inscribí la marca en el registro de propiedad intelectual, nunca», ha remarcado.

La cuestión del desarrollo del software para crear una plataforma para asesorar a pymes ha provocado un quinto y sexto «jamás». «Jamás se pretendió cobrar por el uso de la plataforma, desde el primer momento estaba definido que era sin ánimo de lucro, sin coste, era una plataforma puesta siempre a disposición de la UCM, gratuita, para todos», ha añadido. Ha agregado que hubo conversaciones con la OTRI –la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación– para registrar la propiedad intelectual a nombre de la universidad pública pero fueron borradores pendientes de completar.

Los procesos de licitación pública han provocado otra cascada de negativas. El sexto «jamás» ha surgido al preguntarle por su conocimiento de las licitaciones: «Jamás tuve conocimiento de que se habían licitado». El séptimo ha reforzado esta posición: «Jamás hice gestión alguna». Y el séptimo ha completado la negación: «Jamás conocí el resultado [de la licitación] hasta que se incorporó a la causa».

Por último, y en octavo lugar, sobre las polémicas cartas de recomendación, Gómez las ha descrito como «cartas tipo» que también han firmado grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Orange e IBM. «Era una carta modelo que apoyaba el proyecto, no la empresa», ha matizado, asegurando que «nunca jamás ha tenido información de cuándo se presentó o cuál fue el desenlace».

La declaración, que ha durado apenas 35 minutos, ha incluido una defensa de sus ingresos: menos de 15.000 euros anuales por su labor en los másteres, una cantidad que ha utilizado para reforzar su argumento de ausencia de ánimo de lucro. «Es el propósito de poder profesionalizar un ámbito de la sostenibilidad, Agenda 2030», ha explicado.

«No sé de Jurídico»

Un punto crucial ha sido su papel en la elaboración de pliegos técnicos para una licitación de 60.000 euros adjudicada a Deloitte. «Yo soy de marketing, no sé de jurídico», se ha defendido, «no estoy contratada, por lo tanto yo sigo las pautas e indicaciones desde el órgano gestor Escuela de Gobierno y vicerrectores». Ha asegurado haber recibido instrucciones por email «hasta en dos ocasiones» para firmar los pliegos.

La comparecencia se ha desarrollado en un ambiente de máxima seguridad, con la investigada accediendo a los juzgados de Plaza Castilla por el garaje, escoltada por cuatro personas y protegida por un dispositivo de 150 agentes. Fuera, decenas de manifestantes han gritado «¡Pedro Sánchez, dimisión!» y han exigido a Begoña Gómez que «devuelva lo robado».

La estrategia de responder únicamente a su abogado ha marcado un giro respecto a sus dos comparecencias anteriores, donde se acogió a su derecho a no declarar. Esta vez, ha optado por un relato guionizado que ha buscado desmontar, uno a uno, los indicios que llevaron al juez Peinado a investigarla por cuatro presuntos delitos. El magistrado, tras la declaración, sólo ha comentado con ironía en los pasillos: «Ahora ya a esperar al domingo a ver si me toca la lotería».

Postura de Vox

Por su parte, la responsable jurídica de Vox ha criticado los silencios de la esposa del presidente tras su comparecencia en Plaza Castilla. Según ha señalado la abogada Marta Castro a la salida de los juzgados, Begoña Gómez ha evitado abordar tres aspectos fundamentales de la investigación: las reuniones que mantuvo el rector de la Complutense en La Moncloa, los contactos con las empresas que financiaron la cátedra extraordinaria, y la posible intervención de Pedro Sánchez para impulsar las actividades profesionales de su esposa.

«Las cuestiones más relevantes han quedado sin respuesta», ha manifestado la coordinadora Nacional Jurídica del partido, quien ha subrayado que la estrategia de responder únicamente a las preguntas de su abogado ha impedido esclarecer estos puntos cruciales de la investigación.