EN EL AÑO 2014

Los jefes del máster de Cifuentes juraron venganza al PP tras suprimirles el grado de Género del PSOE

Enrique Álvarez Conde
Enrique Álvarez Conde, ex director del Instituto de Derecho Público de la URJC.
Carlos Cuesta

Los jefes del máster de Cristina Cifuentes juraron una venganza al PP tras tumbarles en 2014 el grado de Género del PSOE. El golpe fue importante: en ese año, y en concreto el 28 de febrero, la Universidad Rey Juan Carlos, a través de su Consejo de Gobierno, decidió cortar el Grado de Igualdad de Género, un título impulsado inicialmente como máster por el PSOE en la época de Bibiana Aído y que había acabado desembocando en curso, investigaciones y hasta un grado universitario con la estrecha colaboración de CCOO.

La coordinadora de aquel grado –lo que antes se conocía como licenciatura– era Laura Nuño, una de las profesoras que ha afirmado que su firma en el acta del máster de Cristina Cifuentes es falsa. Por aquellas fechas, el grado en Género, uno de los grandes objetivos de la política del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, se había convertido en el único título de estas características en España. Y, por lo tanto, su anulación suponía el corte de todo ese programa.

La Universidad Rey Juan Carlos –comandada en aquel momento por el rector Fernando Suárez, el mismo que fue apartado del cargo entre denuncias de plagio en sus publicaciones– decidió acabar con el Grado de Género. Y con todo lo que implicaba.

Según algunos de los profesores que estaban en el Grado en aquel momento por “cuestiones ideológicas”. Según la Universidad, por el descenso del número de matrículas, que se había convertido en insuficiente para la sostenibilidad de los estudios. Y es que el número de matriculas se encontraba en 15.

Sea como fuere, el golpe a los implicados en aquel Grado fue notable. Y tomaron nota. Porque la Universidad había pasado de recibir 80 millones de euros de la Comunidad de Madrid en 2011 a 59 millones en eso momento. Y una de las áreas donde se cebó el recorte fue en ese grado y sus aledaños.

El centro negó siempre que se tratase de una cuestión ideológica. Pero esas explicaciones no debieron convencer demasiado al director del máster de Cristina Cifuentes, Álvarez Conde, y a dos de las profesoras que negaron la veracidad de sus firmas en las actas de ese máster de la presidenta autonómica: Laura Nuño y Alicia López de los Mozos. Ambas, igualmente, estaban vinculadas a los trabajos de Género, impulsados por el PSOE y CCOO.

Lo cierto es que este Grado, además, aprobaba al 95% de alumnos. Entrar en él era garantía casi segura de salir con el título. Se trataba de un máster cuyo objetivo declarado era formar gente que trabajase en las mecánicas de impulso e intervención social para implantar la política de género, uno de los grandes objetivos socialistas. Y a buen seguro que ese objetivo se conseguía: porque la práctica totalidad de los matriculados salía con un máster de clara ideología progresista.

Entre los grandes impulsores de esta titulación se encontraban Enrique Álvarez Conde –director del Instituto de Derecho Público de la Universidad y director del polémico máster que atrapa a Cifuentes–, y Laura Nuño, una de las profesoras que ha asegurado que su firma no coincide con la del acta del máster de la presidenta madrileña.

Un Grado de Género del PSOE y CCOO

Ambos formaban parte desde 2007 del grupo que coordinaba desde la Rey Juan Carlos los cursos y másters impulsados directamente por el PSOE: con presencia directa de Bibiana Aído y respaldo de CCOO. Y es que el grado de Género nació de un máster: el Máster Oficial en Género y Políticas de Igualdad, un empeño personal de Zapatero que se fraguó en aquella universidad como máster bandera del PSOE.

Ese máster –que dio lugar al grado– tenía un objetivo: impulsar expertos en esa materia que vigilasen posteriormente la implantación de la ideología de género en el trabajo y la política. Una de las grandes bazas del último mandato socialista.

La otra persona que ha rechazado que su firma fuese la del acta del máster de Cifuentes es Alicia López de los Mozos. Junto con Laura Nuño, formaba parte del Consejo del Instituto que lanzó ese máster en condición de “doctores miembros”. López de los Mozos también trabajó en investigaciones en ese instituto en el área de Género y en otra de las áreas de máximo protagonismo político en la era Zapatero: la inmigración.

Una de las grandes impulsoras de estas titulaciones fue Laura Nuño, quien admitió personalmente en una entrevista que la supervivencia de la titulación había peligrado desde sus inicios. Y es que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) paralizó los estudios en 2009, pese a lo que el grado fue rescatado por el Consejo de Gobierno de la Universidad.

El grado empezó sin exigir ninguna presencia. Era en formato online. Pero dos años después, la ANECA exigió que se impartiese también de manera presencial. Así, pasó a ofrecerse con primer y segundo curso de forma presencial, y con tercero y cuarto, a distancia.

Los indicadores de calidad y funcionamiento del Grado de Igualdad de Género acabó mostrando que la tasa de créditos superados con respecto a los matriculados llegaba al 85% y la de éxito o superación (créditos superados sobre presentados) al 94,56%. Es decir, que prácticamente todo el mundo aprobaba el máster y obtenía el título.

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