Pastor le ‘da un toque’ a Rufián sobre sus ‘shows’ en el Congreso aunque sin sanciones

Rufián
Gabriel Rufián. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha citado a Gabriel Rufián este martes en su despacho para apercibirle por su comportamiento en el último Pleno, cuando mostró unas esposas y deseó ver a Mariano Rajoy con ellas.

En la reunión no se han planteado sanciones en firme, aunque sí se le ha advertido de que no puede convertir cada sesión en un «espectáculo cotidiano», según fuentes parlamentarias.

La actitud de Rufián, además de otros diputados como los del grupo de Podemos, ha acabado con la paciencia de Pastor, dispuesta a aplicar el Reglamento que contempla incluso la expulsión del diputado a la tercera llamada al orden. Es el caso de Rufián. No obstante, la presidenta ha optado por dar una nueva oportunidad al independentista para que cese en su falta de disciplina.

Rufián fue citado ya en privado en dos ocasiones anteriores: con motivo de la investidura de Mariano Rajoy, cuando increpó a los socialistas por su abstención, y el pasado junio por llamar «miserable» al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

El artículo 16 del Reglamento del Congreso recoge la obligación de sus señorías de “adecuar su conducta al Reglamento y a respetar el orden, la cortesía y la disciplina parlamentarias” y el capítulo octavo desarrolla las posibles sanciones en caso de incumplir ese deber. En la práctica, la interpretación queda abierta a consideración de la presidencia de la Cámara.

Así, un diputado podrá ser llamado al orden en varias situaciones: «cuando profirieren palabras o vertieren conceptos ofensivos al decoro de la Cámara o de sus miembros, de las Instituciones del Estado o de cualquiera otra persona o entidad”, “cuando en sus discursos faltaren a lo establecido para la buena marcha de las deliberaciones”, “cuando con interrupciones o de cualquier otra forma alteren el orden de las sesiones” o cuando “retirada la palabra a un orador, pretendiere continuar haciendo uso de ella”. Supuestos que muchos diputados sobrepasan con creces en la misma sesión. 

En ese caso, “al diputado u orador que hubiere sido llamado al orden tres veces en una misma sesión, advertido la segunda vez de las consecuencias de una tercera llamada, le será retirada, en su caso, la palabra y el Presidente, sin debate, le podrá imponer la sanción de no asistir al resto de la sesión”.

Si además “el Diputado sancionado no atendiere al requerimiento de abandonar el salón de sesiones, el Presidente adoptará las medidas que considere pertinentes para hacer efectiva la expulsión. En este caso, la Presidencia (…) podrá imponerle, además, la prohibición de asistir a la siguiente sesión”. 

Los presidentes del Congreso han sido reacios a aplicar el Reglamento a rajatabla. De hecho, hay que remontarse a 2013, cuando el entonces presidente, Jesús Posada, sancionó a los tres representantes de ERC-Joan Tardá, Alfred Bosch y Teresa Jordà- tras hacer sus intervenciones íntegramente en catalán.  Posada les expulsó de la tribuna de oradores, aunque no del hemiciclo. 

En 1989 los tres diputados de HB tuvieron que abandonar el hemiciclo tras negarse a acatar, estrictamente, la fórmula reglamentaria- “sí, juro” o “sí, prometo”-para adquirir la condición de diputados.

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