Tensiones en Podemos por la respuesta ‘unilateral’ de Iglesias al 155

Podemos
Irene Montero y Pablo Iglesias en sus escaños del Congreso. (Foto: Francisco Toledo)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Las dudas en Podemos ante la aplicación del artículo 155 en Cataluña ha generado desconcierto en el partido y muchas críticas internas a la dirección de Pablo Iglesias.

La posibilidad de recurrir las medidas al Tribunal Constitucional, una vez superado el trámite en el Senado, está sobre la mesa, y genera tensiones. El propio secretario de Organización, Pablo Echenique, confirmó este sábado la información de OKDIARIO y afirmó que, en caso de que así lo decida su ejecutiva, el partido acudirá al TC para saber si la aplicación del artículo 155 «es constitucional».

En el partido, aumentan las voces críticas con la postura «ambigua» y «unilateral» del líder de Podemos sobre la crisis catalana. Reclaman una convocatoria inmediata del Consejo Ciudadano para consensuar la respuesta y consideran también que un asunto de esta categoría debe someterse a consulta de las bases, un trámite que sí se exigió en otras decisiones como los pactos de gobierno.

La falta de claridad de la dirección ‘morada’ en el tema catalán obligó este lunes a Pablo Iglesias a remitir una carta a los militantes, a través de Facebook, en la que, en resumen, se insiste en la celebración de un referéndum pactado y se ataca al PSOE por renunciar «a liderar un Gobierno de cambio en el Estado».

Bajo el epígrafe ‘Por qué estamos en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución’ el líder de Podemos advierte de que «la suspensión del autogobierno de Cataluña no solo hará saltar por los aires uno de los pactos cruciales de la Transición» sino que «es un ataque a los fundamentos mismos de la democracia española».

Al mismo tiempo, aclara que Podemos también se opone a una declaración de independencia, cuyo problema «no es tanto su ilegalidad (o su unilateralidad) como su ilegitimidad» y acusa al «bloque monárquico» -el nuevo término con el que se refiere a PP, PSOE y Ciudadanos- de poner en riesgo «la integridad territorial de España».

En los últimos días, los dirigentes podemitas han salido en tromba contra la medida del Gobierno que, consideran, supondría una «involución democrática». El secretario de organización, Pablo Echenique, llegó a decir, tras el anuncio de Mariano Rajoy, que se acababa de «suspender la democracia en Cataluña y por tanto en España». Colau acusó al presidente de dar un «golpe a la democracia». «Hoy es el día más terrible de los últimos 40 años», afirmó en sus redes sociales.

El discurso de la dirección ha generado fuertes desacuerdos. En amplios sectores se ha advertido a Iglesias de que enfocar las críticas hacia el Gobierno supone al mismo tiempo dar un apoyo implícito a los independentistas. Con todos sus riesgos: las encuestas reflejan ya un descenso en la intención de voto, incluso bajo el sorpasso de Ciudadanos.

«En el electorado de Podemos hay muchas corrientes, pero independentistas convencidos, pocos», aseguran fuentes internas. Los sondeos recogen ya el daño de algunas decisiones recientes, como el respaldo absoluto que la dirección de Podemos en Cataluña dio al referéndum ilegal, que llegó a compartir cartel en varios mítines con la CUP. O imágenes como la diputada de Podem, Àngels Martínez, retirando la bandera española durante un pleno en el Parlament. Aunque Iglesias censuró ese comportamiento, la parlamentaria hizo oídos sordos y la dirección tampoco tomó medidas.

El propio secretario general dio tumbos con sus planteamientos: de rechazar la vía unilateral, pasó a decir que el 1-0 era una «movilización legítima» y, por tanto, las instituciones habrían de asegurar los medios para su organización.

Las elecciones, no tan mal vistas

Los partidarios de seguir una línea más ‘dura’ con la política del Gobierno pertenecen, sobre todo, a la corriente Anticapitalista, aliados de Iglesias en los últimos procesos de primarias. Entre este sector se defiende sin ambages llevar el 155 al TC. Sin embargo, en otros ámbitos no se ve con tal malos ojos una convocatoria electoral que, consideran, podría beneficiar al partido. 

En público, Iglesias ha rechazado unas elecciones anticipadas, las convoque quien las convoque. «Si Puigdemont convoca elecciones, participaremos, pero no busquemos excusas para no hablar de lo importante», dijo este mismo martes. Lo importante, según el líder de Podemos, es un referéndum pactado y la apertura de un proceso constituyente.

Podemos logró en Cataluña sus mejores resultados en las generales, aunque las autonómicas no les han correspondido. Podemos deberá afrontar una carrera a contrarreloj ante esos comicios. La formación tiene pendiente aún de perfilar su marca electoral, Catalunya en Comú, la candidatura impulsada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y por la que Iglesias se decantó tras la ruptura con Podem y su líder, Albano Dante Fachin.

La marca se encuentra aún sin cabeza de lista, aunque son muchas las fuentes internas que apuesta por la propia Colau en detrimento del ahora portavoz parlamentario de En Comú, Xavier Domènech. Su aspiración es superar al PSC y al PDeCAT, partido que sufrirá un desplome histórico si no consigue reeditar la alianza con ERC.

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