Figuras retóricas ¿Qué son y para qué sirven?
Las figuras retóricas permiten enriquecer nuestro lenguaje y dar mayor enfásis a lo que decimos.
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Puede que las uses a diario y ni siquiera te des cuenta de que lo haces. Nos referimos a las figuras retóricas , que de alguna manera se pueden entender como «trucos» que usamos para nuestros discursos o escritos de modo que aquello que transmitimos es más efectivo o se recalca más. Conozcamos ahora más sobre las figuras retóricas, cuáles son y para qué sirven.
Figuras retóricas ¿Qué son y para qué sirven?
Las figuras retóricas son formas lingüísticas expresivas en las que las palabras no se usan en su sentido y valor literal y habitual o se usan en el sentido literal, sino que se combinan de tal manera que produzcan efectos precisos determinados y deseados.
Las figuras retóricas forman parte de nuestra comunicación diaria. La enriquecen o lo hacen más inmediato. Son muy utilizadas en literatura, tanto en prosa como en poesía, para crear efectos estilísticos, fonéticos y de significado.
Un campo particular de aplicación de las figuras retóricas es la poesía. Los poemas representan lo que el poeta piensa, ve, describe, siente. Y para triunfar en esa empresa y en la intención de plasmarla de manera incisiva o sugerente, el poeta recurre conscientemente a figuras retóricas. Veamos los principales divididos por categoría.
Figuras retóricas del sonido
Las figuras retóricas del sonido cumplen una función, como su nombre indica, con la acústica, la musical y el ritmo de de producción o refuerzo del sentido poético. Las más frecuentes son:
- Aliteración: consiste en la elección de palabras, dentro de un mismo verso o en versos sucesivos, que presentan los mismos sonidos vocales o consonantes, sonidos que, por tanto, se repiten. Por ejemplo: Tres tristes tigres comen trigo en un trigal.
- Onomatopeya: el verso se compone insertando palabras que con su sonido imitan un sonido o un ruido, de tal manera que evocan un objeto, un animal, un hecho. Por ejemplo: El gato abrió la boca para ofrecer su saludo «Miaaaaaauu».
- Asonancia: es una forma de rima imperfecta que ocurre cuando, en dos o más líneas, las palabras al final de una línea contienen las mismas vocales comenzando por la acentuada, mientras que las consonantes son diferentes, pero en su mayoría de sonido similar. Por ejemplo: Un largo mechón.
- Consonancia: es la misma situación que la asonancia, excepto que en este caso las consonantes son iguales y las vocales son diferentes. Por ejemplo: Tanto.
- Paronomasia: es la yuxtaposición de palabras casi idénticas, salvo uno o dos sonidos, y que tienen significados diferentes. ¿Un ejemplo? Me guste o no, tengo que hacer esto.
Las figuras retóricas de significado
Si bien se pueden encerrar en una sola categoría, es mejor dividir las figuras de significado en figuras de lenguaje y figuras de pensamiento o lógica, porque se producen con dos estructuras y procesos diferentes. AmbAs efectúan un cambio, un desplazamiento o una transferencia del significado literal a otro simbólico: pero la primero actúa sobre las palabras, la segunda sobre la oración. Las más usadas son:
- Metonimia: en lugar de indicar una cosa por su nombre habitual, se indica por el de otra cosa que, por alguna razón, está cerca y en contacto con la primera cosa. Si digo «el examen me costó sudor» significa que he estudiado mucho y mucho y que el sudor es el efecto de mi compromiso y esfuerzo.
- Metáfora: con la metáfora se logra la transferencia de sentido de un término del discurso a otro término, al cual está conectado por alguna propiedad común. Por ejemplo si decimos: «Las perlas de su boca brillaban», se refiere a los dientes de esa personas.
- Símil: es una comparación entre dos conceptos o entre dos términos que se refieren a personas, cosas u otras criaturas puestas en relación por el «cómo» o por el verbo «parecer». Por ejemplo: «Eres como el sol «
Las figuras de pensamiento (o lógica) más utilizadas son:
- Litote: es la afirmación de un concepto mediante la negación de su opuesto. «No naciste con el estilo del artista», eso significa … es mejor si no tocas los colores y los lienzos. El litote tiene la ventaja de decir las cosas de forma atenuada.
- Hipérbole: es la amplificación exagerada de un concepto. Por ejemplo: «Esta y otras mil líneas que escribí para ti».
- Alegoría: la imagen propuesta por el poeta alude a otra realidad que el lector debe descubrir. Por ejemplo: «Llevaba su montaña por donde iba, hecha de piedras, rocas y, finalmente, tierra». Es necesario que el lector descubra el origen de ese peso que alguien arrastra.
- Oxímoron: Es la combinación de términos que expresan conceptos opuestos o contradictorios. Por ejemplo, «invierno cálido».
- Personificación o prosopopeya: se atribuye un carácter humano a seres animales o inanimados (nubes, flores y plantas, por ejemplo) o a conceptos abstractos. Por ejemplo: «El sol miraba a los niños jugar».
Las figuras retóricas de la sintaxis
Juegan con la disposición de las palabras dentro de la oración para crear efectos de varios tipos: simetría, ritmo, orden y muchos otros. Entre las principales figuras retóricas de la sintaxis tenemos:
- Anáfora: es la repetición de algo que ya se dijo. Por ejemplo: «Dice que la llames».
- Asíndeton: es la coordinación entre dos o más términos de una oración sin el uso de conjunción, sino solo de comas. El efecto es el de una simultaneidad / contemporaneidad de acción o una fluidificación del discurso poético. Por ejemplo: «Para la fiesta compraremos, bocadillos, bebidas, refrescos, helados..»
- Polisíndeton: consiste en el uso repetido de la misma conjunción coordinativa (generalmente la y). Por ejemplo: «La noche gris y fría y sombría y pesada y enfadada y triste y solitaria».
- Quiasmo: disposición cruzada de los elementos de dos expresiones (o de dos proposiciones) conectadas de tal manera que los términos de la segunda están dispuestos en orden inverso a los de la primera. Por ejemplo: «Me desperté, tomé un libro y empecé a leer. Cuando terminé de leer, dejé el libro y me dormí».
- Clímax: disposición de palabras en sucesión con valor intensivo (clímax ascendente): te conocí, deseé, soñé y amé. El valor también puede ser de atenuación (clímax descendente): corrí, caminé, paré.
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