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Sánchez, el único líder de un gran país europeo que golpea fiscalmente al sector del automóvil en 2021

  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

Una vez más Pedro Sánchez rema a contracorriente del resto de sus homólogos europeos. España es el único gran mercado de la automoción en Europa que ha registrado un golpe fiscal por la entrada en vigor de la normativa europea WLTP -en sustitución de la antigua homologación de Nuevo Ciclo de conducción Europeo (NEDC)-, ya que Alemania, Italia, Francia y Portugal si han logrado neutralizar los efectos derivados del alza del impuesto de matriculación.

Un escenario que ha dejado al Gobierno de Pedro Sánchez prácticamente sólo en su lucha por priorizar la reducción de emisiones de CO2 a la recuperación del sector de la automoción tras el impacto de la crisis del coronavirus. ¿El motivo? La entrada en vigor de esta nueva homologación se traduce en la subida del precio de hasta un 15% de la mitad del parqué móvil en Europa en un contexto marcado por la caída de las matriculaciones y la destrucción del empleo.

El último país en frenar el hachazo fiscal al automóvil ha sido Italia. El Gobierno saliente de Giuseppe Conte aprobó la última semana de diciembre un acuerdo para incrementar los tramos del impuesto de matriculación un 20% con el objetivo de neutralizar una subida del precio de los vehículos. Una medida que ha evitado el desplome de las ventas del mercado italiano en el primer mes del año. no obstante, las matriculaciones en Italia han cerrado el primer mes del año con una caída del 14%, lejos del hundimiento del 52% que ha registrado España con la pérdida de más de 40.000 unidades en enero.

Italia evita una subida de los precios

En concreto, Italia aplica un cargo de 1.100 euros a los coches que emiten entre 161 y 175 gramos de CO2 por kilómetro, un tramo que pasará a estar entre 191 y 210 gramos. Mientras, el segundo pasa a estar comprendido entre los 211 y los 240 gramos con un cargo de 1.600 euros, seguido del tercer tramo que se se sitúa entre los 241 y 290 gramos y gravará al precio del vehículo con hasta 2.500 euros.

Por su parte, el impuesto de matriculación español comienza en un rango mucho más bajo de emisiones de CO2 ante el afán del Ministerio de Transición Ecológica, cartera de Teresa Ribera, por eliminar los coches de combustión -diesel y gasolina- de las carreteras y que ha frenado las intenciones de Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, retrasar el aumento de la presión fiscal para el sector de la automoción.

Un veto que ha provocado que la tabla del impuesto de matriculación establezca los siguientes rangos: 0% para los vehículos que emiten menos de 120 gr/km de CO2, 4,75% entre 120 y 160; 9,75 de 160 a 200 y 14,75% de 200 en adelante. Unos números que convierten a España en el único mercado europeo que ha asumido las exigencias de la normativa WLTP en plena crisis del coronavirus.

España a contracorriente de Europa

Así, Italia sigue con su decisión el camino marcado por países como Francia y Portugal, que también han adaptado sus impuestos para evitar el efecto negativo sobre el precio que tendrá la entrada en vigor de la normativa WLTP. En el caso del país transalpino, se hará a través de una enmienda de los Presupuestos Generales del Estado de 2021, un método que también podría haber aplicado España.

El Partido Popular -dirigido por Pablo Casado- presentó una enmienda solicitando la modificación del artículo 70 de la Ley 38/1992 sobre el Impuesto Espacial sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT). Una disposición que recogía una de las demandas más repetidas en los últimos dos años por las patronales del sector de la automoción tras conocerse la nueva normativa europea de emisiones. No obstante, el Ejecutivo tumbó la propuesta del grupo popular permitiendo que el precio de los coches se dispare de media hasta 800 euros lastrado a la industria del automóvil.

«Es posible corregir»

Un alza de la presión fiscal que no ha sentado nada bien a las patronales del automóvil que han visto como la promesa de Maroto se convertía en papel mojado: «A un mercado en situación de extrema debilidad por la pandemia y la crisis económica, se le han añadido dos factores muy negativos: la subida del impuesto de matriculación y el fin del programa de renovación del parque circulante español», explican.

«Seguimos pensando que es posible corregir aún esta subida del impuesto, como hizo Italia en la última semana de diciembre para intentar compensar el desplome del mercado, y recuperar el plan de achatarramiento de manera estable. Porque en nuestro modelo de descarbonización hay dos ejes: el impulso al vehículo eléctrico y la renovación del parque. Ambas patas son necesarias para reducir las emisiones de CO2 y mejorar la calidad del aire de las ciudades contribuyendo a mantener e impulsar la industria del automóvil y el empleo», piden al Gobierno de Pedro Sánchez.