Sánchez castiga a la banca: CaixaBank paga un 33% de su beneficio en impuestos y Santander un 38%
La voracidad fiscal de Pedro Sánchez está castigando especialmente a la banca: CaixaBank ha pagado el 33% de su beneficio del primer semestre en impuestos, cifra que en el caso del Banco Santander se eleva hasta el 38%.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, aseguró este miércoles en la presentación de los resultados del banco hasta junio que «con este gravamen adicional a la banca lo que estamos es soportando un tipo impositivo efectivo del 33% en estos seis meses. Como sabéis, el tipo general de sociedades es el 25%». La cifra abonada a Hacienda el año pasado fue de 493 millones; de cara a 2025, CaixaBank anticipa un pago algo inferior a los 600 millones.
La situación es aún peor para el Banco Santander en España: «Cargamos 335 millones en 2024 y este año serán 350 millones. La tasa impositiva alcanza el 38% en España, mientras que es mucho más baja para el grupo en otros países. Por ejemplo, pagamos el 7% en Estados Unidos por un régimen especial para la financiación del automóvil o el 29% en Brasil por una reforma fiscal», explicó su consejero delegado, Héctor Grisi, también en la presentación de resultados semestrales.
Esta fuerte carga impositiva se debe al doble castigo que el Gobierno de Sánchez ha impuesto a la banca: por un lado, tiene un tipo agravado en el Impuesto de Sociedades del 30% frente al tipo general del 25% para el resto de grandes empresas; y por otro, sufre el impuesto especial a la banca aprobado en noviembre, que el Ejecutivo hizo permanente para sustituir al anterior gravamen temporal justificado por la crisis inflacionaria.
«Beneficios extraordinarios»
Este nuevo impuesto es progresivo, es decir, pagan más las entidades más grandes. Así, el tipo es del 1% hasta los 750 millones de suma de margen de intereses más comisiones; del 3,5% hasta los 1.500 millones; del 4,8% hasta los 3.000 millones; del 6% hasta los 5.000 millones; y del 7% desde 5.000 millones en adelante.
Sánchez justificó el nuevo impuesto para gravar los «beneficios extraordinarios» de la banca, a pesar de que el Euribor ha caído a niveles del 2% por las bajadas de tipos del BCE y a que, por ello, el margen de intereses de las entidades se ha estancado o incluso registra descensos respecto a 2024. Asimismo, se está frenando el crédito, según el Banco de España. Y, en todo caso, los beneficios de 2024 del sector fueron un 32% inferiores al récord de 2007.
Ante esta situación, el sector ha decidido recurrir el tributo ante los tribunales a través de sus asociaciones, AEB y CECA. Gortázar anunció ayer que CaixaBank también ha recurrido el impuesto a título particular al considerar que «no está conforme al ordenamiento jurídico ni a los principios tributarios». Unicaja ha hecho lo mismo.
Por otro lado, los grandes bancos están apuntándose como activos fiscales el tributo temporal abonado en los dos años anteriores, al entender que es inconstitucional y que acabarán ganando la batalla en los tribunales, con lo que el Estado tendrá que devolverles lo que han pagado. En principio, eso no tiene impacto en las cuentas hasta que efectivamente reciban la devolución.
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