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Resolver disputas evitando la vía judicial: las ventajas del arbitraje y la mediación

Arbitraje
(Foto: GETTY/iStock).

En una relación de cualquier tipo entre distintas empresas pueden ocurrir disputas. En este caso, el mecanismo más habitual para resolverlas pasa por acudir a un tribunal que dicta una resolución que las partes deberán de aceptar. Ahora bien, antes de llegar a este extremo, se puede optar por otras vías, como el arbitraje o la mediación. En los dos casos, consiste en acudir a un tercero independiente que trabaje para conseguir consensuar un acuerdo que no deje insatisfecha a ninguna de las dos partes.

¿Qué diferencias existen entre el arbitraje y la mediación?

Aunque en los dos casos es un tercero externo el que realiza la práctica, arbitraje y mediación presentan las siguientes diferencias:

  • Designación del tercero: en el arbitraje, quien realiza la función de árbitro es escogido por las partes. En cambio, el mediador es un profesional que ni una empresa ni la otra ha elegido.
  • Resolución del conflicto: el mediador, después de escuchar las argumentaciones de las partes, puede proponer una serie de resoluciones de acuerdo a lo que considere él como más adecuado. Ahora bien, estas opciones no son vinculantes y solo se firmará el acuerdo si las partes están de acuerdo. El árbitro, en cambio, propone una resolución que debe de ser aceptada por las empresas, independientemente que estén de acuerdo o no.
  • Desarrollo de los encuentros: dado que el árbitro es el que finalmente tomará la decisión, las partes centran su preocupación en convencer a esta figura de la bondad de sus propuestas. Ahora bien, como en la mediación las opciones presentadas por el tercero independiente no son de obligada aceptación, el diálogo se desarrolla de forma mayoritaria entre las partes enfrentadas.

¿Qué ventajas presentan el arbitraje y la mediación?

Algunos de los puntos fuertes de optar por estas opciones son los siguientes:

  • Evita una rotura total de las relaciones: después de pasar por los juzgados, la relación entre dos empresas queda muy mermada y es complicado que vuelvan a tener alguna relación comercial. Ahora bien, si la disputa se ha podido resolver mediante el diálogo, existe la posibilidad de retomar las relaciones.
  • Confidencialidad: todo aquello que ocurre y que se habla entre las partes no sale del espacio en el cual se han desarrollado los encuentros.
  • Flexibilidad: una resolución judicial es inamovible. Ahora bien, en el contexto de una mediación o arbitraje, es posible presentar distintas propuestas que son debatidas por cada parte de una forma más o menos serena. Se muestra, pues, una cierta voluntad de llegar a un acuerdo.
  • Rapidez: determinados procesos judiciales pueden llegar a ser muy lentos y, también, costosos. Si la mediación o el arbitraje funcionan de una forma fluida, es posible llegar a un acuerdo con una mayor celeridad.

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