Economía

La quiebra de Venezuela: un dolor de cabeza para Repsol, Telefónica e Iberia

La quiebra de Venezuela está siendo seguida por las compañías españolas con gran atención por su exposición en el país de Nicolás Maduro. Telefónica, Iberia y Repsol son las tres corporaciones que podrían salir peor paradas de la complicada situación de impagos. Más aún la petrolera por su exposición al crudo y su colaboración local con PDVSA (petrolera estatal), según los expertos consultados. Además, creen que el peor de los escenarios sería que el default el Ejecutivo opte por una oleada de nacionalizaciones de las empresas allí afincadas.

Venezuela no paga a sus acreedores y está a un solo paso de tener que declarar el default (quiebra técnica). El bolívar no vale prácticamente nada, tienen déficit de dólares, no tiene propiedades públicas que ofrecer a sus acreedores como aval y está sumida en una superinflación salvaje. Las posibilidades de que el Gobierno de Nicolás Maduro salga ileso de esta situación sos escasas.

Este lunes una comisión especial del Ejecutivo ha intentado llegar a un acuerdo con sus acreedores en una reunión en el Palacio Blanco de Miraflores y reestructurar la deuda de 200 millones de dólares de bonos globales emitidos con vencimiento en 2019 y 2024. Según Reuters, la reunión apenas duró unos 25 minutos y fue insatisfactoria para los acreedores, aunque tildada de “rotundo éxito” por parte de los de Maduro, según su comunicado oficial.

La deuda de Venezuela asciende a 150.000 millones de dólares

De acuerdo con cálculos oficiales, Venezuela tiene una deuda total cercana a los 150.000 millones de dólares, con abonos anuales cercanos a los 10.000 millones. Los números son tozudos, sin embargo, el líder bolivariano sigue acusando a la banca internacional y las agencias de rating de ser las culpables de poner en jaque de manera intencionada al país.

Borja Matilla, analista de Hanseatic Brokerhouse, expone a OKDIARIO que, a pesar de que los impagos se han anunciado la semana pasada, Venezuela “lleva en quiebra mucho tiempo”. Y explica, además, que se trata de una situación “muy muy complicada, pero no es el momento ahora para llevarnos las manos a la cabeza puesto que es un tema de años atrás”.

Sostiene el experto que, teniendo esto en cuenta, la situación es complicadísima también para las compañías españolas con exposición en Venezuela. Matilla cree que las entidades “peor paradas serían tanto Telefónica como Repsol, aunque más aún la segunda por su exposición al petróleo”.

Prosigue explicando, además que la industria del crudo “se verá afectada y la OPEP deberá entrar en este asunto al ser Venezuela uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo”. Una industria, por otro lado, no es lo suficientemente productiva como debería por la falta de inversiones en las infraestructuras del país latinoamericano.

Fuentes de Repsol, al ser preguntados por la manera de encarar una quiebra del país bolivariano, remiten a las declaraciones de Miguel Martínez, director financiero de la petrolera, señalaba en la presentación de resultados del 3 de noviembre que la exposición a Venezuela ascendía a 2.131 millones de euros.

Repsol es socio local de PDVSA, con la petrolera estatal venezolana explota dos campos petrolíferos y de gas, pero no sólo eso, además, hace unos meses la española rubricó un acuerdo con la compañía venezolana para un préstamo de alrededor de 1.000 millones de dólares.

Es probable que la cotizada tenga algunos problemas para cobrar su préstamo, sobre todo teniendo en cuenta que PDVSA también ha dejado de abonar sus deudas y poseer “limitada capacidad de generar liquidez” para pagar sus obligaciones a corto plazo, según la calificación de S&P.

Desde Telefónica han declinado hacer comentarios sobre el posible default de Venezuela, aunque la compañía de José María Álvarez Pallete tiene cada vez menos exposición en el país. Hasta septiembre, según sus datos, Telefónica Venezuela tuvo unos ingresos de 88 millones de euros, el 0,23% de los 38.846 millones de euros de ingresos globales.

Beneficios atrapados e inseguridad jurídica

Además, uno de los obstáculos con los que día a día se enfrentan las firmas españolas son la inseguridad jurídica, el intervencionismo del Estado y la imposibilidad de repatriar en divisas los dividendos generados en suelo venezolano.

La mayor parte de las compañías españolas han provisionado las inversiones en Venezuela, sin embargo, tal como explica Matilla, “el peor escenario posible puede ser la ola de nacionalizaciones que pueden sufrir muchísimas entidades allí afincadas”.

Otro problema para ellas es el conocido como trapped cash (caja atrapada) y que en Venezuela se lleva hasta las últimas consecuencias. Desde aproximadamente una década, debido al férreo control de la moneda, las compañías extranjeras se ven obligadas a repatriar sus beneficios de manera muy dosificada. Un escenario que obliga a las empresas a tener que re invertir en el país o dar por hecho que (quizá) no saque su dinero en mucho tiempo.

En el caso de Repsol, por ejemplo, la compañía petrolera de Josu Jon Imaz tiene alrededor de 2.400 millones de dólares atrapados. Iberia, por su parte, posee alrededor de 200 millones de euros retenidos por el Ejecutivo chavista que, según pudo saber OKDIARIO, pretendía abonar en crudo. Y Telefónica, cada vez con menos exposición en Venezuela, ha llegado a tener en caja en el país más de 3.000 millones de euros.