El PNV quiere recaudar los impuestos de la fusión BBVA-Sabadell y presiona a Sánchez para que la autorice
El PNV, socio del Gobierno de Pedro Sánchez, está presionando al presidente para que autorice la posible fusión del BBVA y el Banco Sabadell por una cuestión puramente material: quiere quedarse con el incremento de la recaudación de impuestos que supondría la integración, según fuentes cercanas al partido nacionalista.
De hecho, estas fuentes aseguran que la cúpula del BBVA expuso la propuesta de comprar el Sabadell a la del PNV antes de hacérsela llegar al consejo de éste último. Y el partido le prometió su apoyo para convencer al Gobierno de que permita que se materialice.
De esta forma, la formación que gobernará de nuevo en el País Vasco tras las recientes elecciones se distancia del propio Ejecutivo, del PSOE y de sus correligionarios nacionalistas en Cataluña: todos ellos salieron en tromba el jueves a criticar la opa hostil de BBVA sobre Sabadell e incluso las ministras María Jesús Montero y Yolanda Díaz anunciaron que vetarán una posterior fusión de las dos entidades.
Pero el partido que lidera Andoni Ortúzar tiene una visión contraria y por eso, de momento, guarda silencio sobre este tema. El BBVA mantiene su sede fiscal histórica en Bilbao, a pesar de que desde hace muchos años mantiene la operativa en Madrid, si bien no paga todo el Impuesto de Sociedades en la Hacienda Foral de Vizcaya al tener menos de un 25% de su actividad en esa provincia. En todo caso, es uno de los principales contribuyentes a las arcas públicas de esa comunidad.
Ahora, con la eventual incorporación del Sabadell, sumaría más actividad y, por tanto, mayor recaudación. Con el añadido de que la entidad que preside Josep Oliu tiene una fuerte presencia en el País Vasco procedente del antiguo Banco Guipuzcoano, que compró en 2010 mediante una opa (amistosa en ese caso).
El BBVA pagó 1.190 millones de euros de Impuesto de Sociedades en España y el Sabadell tributó 478 millones por este concepto. El impuesto extraordinario sobre la banca no se incluye en estas cifras porque las entidades deben contabilizarlo como un gasto operativo.
Valencia, perjudicada
Por el contrario, la gran perjudicada en términos fiscales sería la Comunidad Valenciana, ya que el Sabadell tiene su sede en Alicante desde que tuvo que salir de Cataluña por la inseguridad jurídica creada por el procés independentista de 2017. Esto explica que el cargo del PP que ha mostrado una oposición más radical a la fusión sea Carlos Mazón, presidente de dicha región.
Mazón mostró el jueves su «rechazo absoluto» porque considera que la operación «destruye valor, trabajo, territorio y competencia». Además de la cuestión de los impuestos, la Comunidad Valenciana se quedaría sin la actividad inducida que genera la presencia de la sede del Sabadell en su territorio.
El jueves, Carlos Torres, presidente del BBVA, confirmó que, en caso de que salga adelante la fusión, el Sabadell dejará de tener su sede en Alicante y el BBVA mantendrá la suya en Bilbao. No obstante, se comprometió a mantener algunas operaciones en aquella ciudad, porque «Alicante en particular tiene relevancia por la historia de adquisiciones del Sabadell».
El rechazo generalizado de todos los partidos explica que el PNV no se haya pronunciado públicamente a favor de la opa del BBVA sobre el Sabadell, ya que le supondría un importante coste de imagen. Pero las fuentes consultadas insisten en que presionará al Gobierno para que apruebe la operación cuando llegue el momento, que será meses después de las elecciones catalanas del domingo.
La compra del Sabadell debe recibir dos tipos de autorizaciones. La primera se refiere a la opa, que está en manos de la CNMC (comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). Se trata de un organismo teóricamente independiente que debe decidir en función de unos criterios que explicó OKDIARIO el viernes. Puede aprobar la operación con condiciones (básicamente, la venta de parte de la red en aquellas zonas donde tenga mayor cuota de mercado, Cataluña y Valencia en este caso) o directamente vetarla.
Si la opa se aprueba y tiene éxito -está condicionada a que el BBVA se haga con el 50,01% del capital y, por tanto, con el control del Sabadell-, la intención de Torres es acometer una fusión de las dos entidades. Esa fusión es la que tendría que autorizar directamente el Gobierno.