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Objetivo “complicado”: 14 años después al Ibex 35 le separan 7.000 puntos de sus máximos históricos

  • Laura Piedehierro
  • Periodista. Cuando no escribo del Ibex 35 me gusta mirar cuadros. Antes en Estrategias de inversión y ahora aquí.

Están a punto de cumplirse 14 años desde que el Ibex 35 rozase los 16.000 puntos, sus máximos históricos. El selectivo de la Bolsa española los alcanzó el 8 de noviembre de 2007, a las puertas de la crisis financiera. Ahora llega a ese aniversario en torno a los 9.000 puntos, es decir,  7.000 enteros por debajo, por lo que recuperar dicho nivel se antoja un objetivo “complicado”, tanto a corto como a medio plazo.

Cinco noticias, una por cada uno de los valores que por aquel entonces pesaban más en el Ibex 35 (Telefónica, BBVA, Santander, Repsol e Iberdrola), llevó al índice hasta los 15.945 puntos en un momento en el que ya se estaban produciendo descensos en los mercados mundiales, a punto de que estallase una de las mayores crisis financiera de la historia.

Susana Felpeto, directora de renta variable de atl Capital, destaca el cambio en la composición del selectivo. De hecho, sólo coinciden 23 valores. En ese Ibex 35 de 2007 tenían un elevado peso las constructoras e inmobiliaria, además de los bancos, una balanza que poco a poco se ha ido decantando del lado de las compañías eléctricas.

Federico Battaner, gestor de renta variable española de la gestora Trea AM considera que es difícil volver a ese nivel “en el corto y medio plazo”. Un cúmulo de crisis bombardearon aquellos 15.945 puntos: la crisis subprime, la ralentización de la economía mundial, el brexit o el coronavirus. Por aquel entonces el Banco Central Europeo (BCE), liderado por Jean Claude Trichet, había dejado los tipos de interés en el 4%, la inflación se situaba en el 2,6%, y el euro se cambiaba a 1,46 dólares; mientras que el precio del barril de petróleo Brent de referencia en Europa superaba los 130 dólares. “Mucho han cambiado las cosas desde aquel entonces”, subraya.

Objetivo «bastante complicado»

Hay cosas que cambian y otras que no, porque desde aquel entonces el Ibex 35 vive estancado en un rango de 6.000 puntos, que van desde los 12.000 enteros que marcó en 2010, máximos de estos últimos años, y los mínimos en torno a los 6.000 puntos a los que cayó en los momentos de pánico que se vivieron en el mercado en marzo de 2020 como consecuencia del estallido de la pandemia.

Diego Morín, analista de IG, también considera que alcanzar de nuevo esos niveles es “bastante complicado”, ya que para eso, explica, el índice “debería de encontrar aliciente alcista en los valores españoles más cíclicos, y se avecinan tiempos difíciles, con la inflación creciendo de manera considerable cada día”. En su valoración destaca la recuperación de los 10.000 puntos, previos al covid-19.

Esas presiones inflacionistas son unos de los principales problemas para las bolsas, también para la española, en el corto plazo. A medio plazo en Trea AM observan “vulnerabilidades en el crecimiento ya que sigue estrechamente vinculado a una elevada tasa de paro”, ahora en el 14,57% según la última Encuesta de Población Activa (EPA), y “un nivel de déficit que no tolera reducciones significativas” del ratio entre la deuda pública y el PIB en los próximos años.

Dividendos

Una de las razones por las que “es muy difícil que el Ibex 35 vuelva a alcanzar los 16.000 puntos”, en opinión de Joaquín Robles, analista de XTB, es que en el cálculo de su cotización excluye los dividendos, lo que produce un efecto dilución. El panorama del Ibex 35 Total Return, es decir, del índice que sí tiene en cuenta la retribución al accionista de los valores que lo componen, se ha revalorizado más de un 75% desde 2007 y se acerca a máximos históricos.

“Muchas de las grandes empresas españolas han aplicado durante las últimas décadas un tipo de retribución flexible al accionista basado en ampliaciones de capital para ofrecer nuevas acciones a los inversores”, apunta Robles. Al aumentar el número de acciones, se reduce el precio de las mismas y por eso se da la particularidad de que muchas de las principales empresas españolas tienen una capitalización bursátil superior al de 2007, pero su precio por título es muy inferior.