Los indicadores de la construcción que anticipan un año negro para el sector

La construcción se prepara para afrontar un año lleno de nubarrones. El impacto económico del coronavirus -cifrado en un descenso de hasta el 13,6% del PIB, según el Banco de España-, castigará duramente a un sector que desde el segundo semestre de 2019 da muestras de debilidad. La fotografía actual confirma ya la destrucción de miles de empleos, el cierre de empresas y un crecimiento exponencial de impagos e insolvencias. Una tormenta perfecta que dejará al sector a la cola de la recuperación.

El Indicador del Clima de la Construcción (ICC) de marzo, elaborado por el Ministerio de Industria Comercio y Turismo, confirma un descenso de 6 puntos respecto al mes anterior, hasta los -10,1 enteros. Los tres subsectores de la construcción están en terreno negativo: la obra civil bajó a 5,5 puntos, las actividades especializadas descendieron a 3,7 puntos negativos, mientras que en edificios el indicador se redujo hasta los 17 puntos.

La licitación de obra pública también atraviesa uno de sus periodos de mayor sequía. Las administraciones públicas recortaron las adjudicaciones un 17,3% entre enero y febrero respecto al año anterior, antes incluso de que se decretara el estado de alarma. En concreto, se licitaron obras por valor de 2.929,2 millones de euros, según datos de Seopan.

Otro indicador clave para tomar el pulso al sector es el consumo de cemento. Sólo en el mes de marzo, se desplomó un 28,3%, hasta el entorno de las 923.000 toneladas. Esta caída en picado ha llevado a la industria cementera a entrar en terreno negativo en el acumulado del año y, según advierten desde Oficem, el descenso «se agudizará» el próximo mes debido a la paralización de la actividad durante dos semanas de abril.

En el conjunto de la zona euro, los datos también arrojan perspectivas poco halagüeñas. La actividad en el sector de la construcción se contrajo un 1,5% en febrero respecto a enero, cuando registró un incremento del 4%, según los datos de Eurostat. El resultado refleja tanto la caída de la obra civil, que experimentó descenso mensual del 1,6%, como la de construcción de inmuebles, que fue del 1,4%.

En materia de empleo, Randstad Research cifra en cerca de 225.000 el número de trabajadores afectados por ERTES debido al coronavirus en el ámbito de la construcción de edificios, ingeniería civil y construcción especializada. Por ello, vaticinan que la recuperación total del sector no llegará hasta el primer semestre de 2022.

Un reciente estudio de Crédito y Caución también advierte de que el riesgo de crédito se ha deteriorado especialmente en el segmento de la construcción residencial. «En un contexto de márgenes estrechos, fuerte competencia e incertidumbres relacionadas tanto con la evolución de los precios de venta como de la demanda».

El informe añade que los niveles de impago e insolvencia han repuntado desde el segundo semestre de 2019 y se sitúan claramente por encima de otros sectores de actividad. Ahora, la cifra podría dispararse debido al impacto económico del coronavirus.