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Economía
Ayudas públicas

Hasta 1.595 euros de ayuda si naciste entre 1960 y 2002: así puedes solicitarla

En un contexto marcado por la subida constante de los precios y unos salarios que muchas veces no permiten llegar a final de mes, miles de personas en España desconocen que podrían acceder a una ayuda económica importante. Si naciste entre 1960 y 2002 y te encuentras en una situación de escasos ingresos o vulnerabilidad, puedes tener derecho al Ingreso Mínimo Vital (IMV), una prestación gestionada por la Seguridad Social que sigue vigente en 2025 y cuyo objetivo es garantizar unos ingresos mínimos a hogares con dificultades económicas o en riesgo de exclusión social. Esta ayuda estatal puede alcanzar los 1.595 euros mensuales, siempre que se cumplan los requisitos establecidos para su concesión.

Esta prestación, gestionada directamente por la Seguridad Social, se puso en marcha hace cinco años con el objetivo de ofrecer un apoyo real a los hogares con mayores dificultades económicas. Da igual que vivas solo o que formes parte de una familia numerosa: lo que determina el acceso es tu situación económica, es decir, los ingresos que entran en casa, el patrimonio disponible y cuántas personas conviven en el mismo domicilio. Para muchos solicitantes, especialmente aquellos en edad laboral que no han conseguido una estabilidad económica, esta ayuda puede suponer la diferencia entre llegar con apuros a final de mes o ganar un poco de tranquilidad financiera.

Quién puede pedir el Ingreso Mínimo Vital

La edad es el primer filtro. En 2025 pueden solicitar el IMV quienes tengan entre 23 y 65 años, lo que incluye a todas las personas nacidas entre 1960 y 2002. También pueden pedirlo los jóvenes de entre 18 y 22 años si han estado bajo tutela de la administración en centros de protección de menores. Ahora bien, no basta solo con tener la edad. Hay que demostrar que realmente se necesita esta ayuda.

También se exige residir legalmente en España y haber vivido en el país de manera continuada durante, al menos, el último año. Este requisito no se aplica a mujeres víctimas de violencia de género ni a personas que hayan sufrido explotación sexual, que quedan exentas por su situación de especial vulnerabilidad.

En el caso de quienes viven solos, es necesario además justificar que han mantenido una vida independiente durante un periodo mínimo de tres años. A ello se suma la obligación, en la mayoría de los casos, de haber agotado previamente otras prestaciones antes de solicitar esta ayuda. Todo ello busca asegurar que el IMV llegue a quienes realmente se encuentran en una situación de necesidad, de ahí la importancia de revisar cuidadosamente cada condición antes de iniciar el proceso de solicitud.

Una ayuda de hasta 1.595 euros

La cuantía del Ingreso Mínimo Vital no es igual para todos, ya que se calcula según la composición del hogar. En 2025, una persona que vive sola puede recibir alrededor de 658 euros mensuales, mientras que las familias con varios menores a cargo pueden acceder a importes más elevados. Por ejemplo, un adulto con dos hijos podría alcanzar unos 1.054 euros al mes, y si tiene tres menores a su cargo, la ayuda puede llegar aproximadamente a los 1.251 euros. En los hogares más numerosos, la cantidad final se ajusta en función del número total de adultos y niños que conviven.

Los hogares monoparentales cuentan además con un complemento del 22 %, lo que incrementa la prestación en los casos más vulnerables. Esto significa que un adulto que tenga cuatro o más hijos puede acceder al importe máximo, que ronda los 1.594 euros mensuales. No se trata de un pago puntual, sino de una prestación continua que sirve para cubrir gastos básicos cuando los ingresos del hogar son inexistentes o insuficientes.

Qué necesitas para solicitar el IMV

La solicitud del Ingreso Mínimo Vital se realiza principalmente a través de la página web de la Seguridad Social, aunque también es posible gestionarla de manera presencial con cita previa. Para completar el trámite, es necesario presentar toda la documentación que permita acreditar que se cumplen los requisitos: DNI o NIE, certificados de empadronamiento y los justificantes de ingresos y patrimonio correspondientes al último año.

Además, es fundamental demostrar quiénes forman parte del hogar y cuál es la relación entre todos los convivientes. No es lo mismo compartir domicilio con los padres, con los hijos o con personas sin vínculo familiar, y esta información es clave para definir la unidad de convivencia, el elemento que determina la cuantía final de la prestación. En general, cuanto mayor sea el número de miembros y menores los ingresos, más alta será la ayuda.

La Seguridad Social dispone también de un simulador online que facilita mucho el proceso. En apenas unos minutos ofrece una estimación bastante precisa sobre la posibilidad de acceder al IMV y la cantidad aproximada que correspondería. Si el resultado es favorable, solo queda reunir la documentación necesaria y presentar la solicitud. El procedimiento se ha simplificado en los últimos años, por lo que ahora es mucho más accesible para cualquier persona.