Economía
Operaciones corporativas

El Gobierno pidió a Magyar Vagon que entrara en el capital de Talgo y después rechazó su OPA

Cambió de opinión para sacar rédito político al relacionar al grupo con Orbán

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La situación de Talgo supone un nuevo ejemplo de que el futuro de las empresas españolas no le importa lo más mínimo al Gobierno de Pedro Sánchez, sino que sólo las utiliza para sacar rédito político. Según ha podido saber OKDIARIO, fue el propio Gobierno el que le dijo a Ganz-Mavag (Magyar Vagon) que, si quería cooperar con Talgo, tenía que entrar en su capital. Y cuando lanzó la OPA se opuso a la misma relacionando al grupo con Viktor Orbán e incluso con Putin.

Según fuentes conocedoras de la situación, el grupo húngaro planteó al Ejecutivo inicialmente la posibilidad de formar una joint venture (empresa conjunta) con Talgo para acudir a los grandes concursos internacionales de trenes a los que la española no tiene capacidad para presentarse en solitario puesto que ya está a plena producción. Magyar Vagon le ofrecía esa capacidad adicional necesaria con sus plantas en Hungría.

La respuesta del Gobierno fue que, si quería colaborar con Talgo, debía entrar en el capital. Y para ello, la opción lógica era adquirir el 40% que posee el fondo Trilantic, que quería salir del capital. Ello le obligaba a lanzar una OPA sobre el 100% al superar el 30% que establece la normativa. Y así lo hizo el grupo húngaro como es sabido.

Pero entonces llegó la sorpresa: nada más anunciar la operación tras llegar a un acuerdo con Trilantic sobre el precio, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, salió a decir públicamente que el Gobierno «hará todo lo posible» para frenar la OPA. Sus argumentos fueron que este grupo tiene participación pública controlada por el Gobierno «ultraderechista» de Viktor Orbán e incluso que podría haber inversores rusos detrás de la oferta.

De esta forma, Puente usaba la OPA que el propio Gobierno había fomentado para hacer populismo y tratar de sacar un rendimiento político entre sus votantes. Asimismo, se presentaba una vez más como defensor de la «españolidad» de las empresas, a pesar de que Talgo está controla desde 2015 por un fondo domiciliado en Luxemburgo, el citado Trilantic.

Retraso indefinido

No está claro que el Gobierno pueda vetar la compra al tratarse de una empresa de un Estado miembro de la Unión Europea, si bien el famoso escudo antiopas no distingue entre empresas comunitarias y extracomunitarias. No obstante, sí permite al Ejecutivo alargar más de seis meses la autorización de la OPA.

El plazo teórico es de tres meses, pero se puede interrumpir cuantas veces quiera el Ejecutivo si solicita información adicional, cosa que hace siempre. Ahí está el precedente de la OPA parcial del fondo IFM sobre Naturgy, que sufrió un retraso de seis meses hasta que recibió el visto bueno gubernamental con condiciones.

De momento, no tiene ninguna prisa en avanzar en el proceso y Puente ni siquiera ha recibido todavía a los representantes del grupo húngaro para que le expliquen la operación. De momento, lo que sí ha hecho el Gobierno es pedir a Criteria (el holding de La Caixa) que participe conjuntamente en la OPA dentro de una «solución global» que incluye también la venta de la participación de los fondos CVC y GIP en Naturgy y el aumento de participación de Criteria en Telefónica.

De esta forma, se aseguraría la manida españolidad de Talgo. Ganz-Mavag se ha mostrado abierto a darle entrada en la operación, pero de momento no se han iniciado las conversaciones entre ambos precisamente por la desidia del Gobierno, como también informó OKDIARIO.

Las vacaciones de verano también supondrán un retraso adicional de la OPA sobre Talgo que el propio Gobierno propició y que ahora rechaza.