Economía
Crisis empresarial

Duro Felguera despedirá a la mitad de su plantilla y bajará el sueldo a la otra mitad tras su división

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El plan de salvamento de Duro Felguera de la quiebra adelantado por OKDIARIO, consistente en su división en dos empresas, conllevará un duro ajuste de personal para garantizar su viabilidad. Así, contempla unos 600 despidos (sobre una plantilla total de unas 1.300) y no sólo eso: los que se queden en Duro Felguera sufrirán una reducción drástica de su salario.

Según fuentes cercanas a la empresa asturiana, estos despidos se ejecutarán probablemente mediante un ERE (expediente de regulación de empleo), cuyas condiciones no podrán ser demasiado atractivas dada la desesperada situación de Duro Felguera, especialmente de liquidez.

En cuanto a la situación de los en torno a 700 empleados que seguirán en las dos compañías en que se divida Duro Felguera, las fuentes explican que «los salarios de empleados y directivos se han quedado totalmente fuera de mercado por arriba», por lo que no hay más remedio que bajarlos de forma generalizada.

Como ha venido informando este medio, uno de los principales problemas de la ingeniería asturiana es una estructura laboral hipertrofiada, diseñada para facturar 1.000 millones al año cuando en 2024 no llegó ni a 300 (y sufrió unas pérdidas de casi 100 millones). El anterior consejero delegado de Duro Felguera, Jaime Argüelles, intentó en varias ocasiones acometer una reducción de plantilla pero nunca llegó a ejecutarla.

De esta forma, esos ingentes costes laborales se han comido tanto los 126 millones del rescate de 2021 (120 millones de la SEPI y 6 del Principado de Asturias) como los 90 millones que pagaron los mexicanos Prodi y Mota-Engil por el 51% del capital.

El otro gran problema de Duro Felguera es la mala gestión, que no ha sido capaz de ejecutar una serie de proyectos en Venezuela, Argelia o Países Bajos que, en vez de generar beneficios, le han provocado pérdidas y litigios millonarios. De esta forma, tampoco ha podido presentarse a nuevas licitaciones.

En este capítulo, ha recibido el alivio de la resolución del contencioso con Argelia, que ha permitido a Duro Felguera liberar avales por unos 60 millones y evitar una posible indemnización mayor que podría haber alcanzado más de 400 millones. Las provisiones ante esta amenaza es lo que metió a la empresa en causa de disolución y provocó que solicitara el preconcurso de acreedores, que la SEPI ha prolongado tres meses más hasta el 11 de junio.

Ese alivio permitirá acometer el plan de viabilidad que están negociando los socios mexicanos con el holding industrial del Estado, pero no resolverá los problemas descritos de la compañía. De ahí que dicho plan contemple los citados despidos y la reducción salarial para los que continúen trabajando en Duro Felguera.

División en dos

La solución que se está negociando entre la SEPI y los mexicanos Prodi y Mota-Engil es la siguiente. Primero, se producirá la conversión del préstamo participativo del holding estatal por 100 millones (y quizá también de los 20 millones de otro préstamo ordinario de la SEPI) en capital mediante una operación acordeón: reducción de capital a cero para absorber pérdidas y posterior ampliación mediante dicha conversión. En esa nacionalización, tanto los socios mexicanos como el resto de accionistas de Duro Felguera perderán todo su dinero, como también adelantó este medio.

Posteriormente, se dividirá Duro Felguera en dos. Por un lado, una empresa industrial destinada a lo que ellos denominan EPC (proyectos llave en mano). Ahí Prodi y Mota-Engil están dispuestos a poner dinero fresco para capitalizarla y proporcionarle la liquidez necesaria para operar, pese a haber perdido los 90 millones que pagaron por el 51% del capital.

La otra empresa agrupará el negocio de servicios, que estos socios consideran inviable. Esta compañía se quedará al 100% en manos del Estado, y la SEPI tendrá que decidir qué hace con ella: si la intenta vender, sanearla o directamente liquidarla.

Las fuentes explican que el punto crítico de esta operación, en el que se encuentran ahora mismo las negociaciones, es la estructura de capital de la nueva compañía, en lo que se inscribe su valoración, la inversión necesaria y el porcentaje que corresponderá a cada parte, siempre con mayoría de los mexicanos.