Economía
Hipoteca socialcomunista

El gasto sin freno de Sánchez deja una deuda oculta de 356.000 millones en facturas por compras y créditos

El Gobierno sólo habla de la deuda financiera de la Administración central, pero la real es 125.000 millones mayor: 1,51 billones a pagar hasta el año 2118

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  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha acumulado una deuda oculta que hipoteca a los españoles por prácticamente un siglo en 356.453 millones de euros. Es lo que se ha gastado ya, en pagos aplazados o convertido en deuda financiera. Así que, por décadas, los españoles que nazcan lo harán con una gruesa deuda bajo el brazo. Por ejemplo, ya se sabe que la factura acumulada por Sánchez a pagar en el año 2050 ascenderá a 24.991 millones de euros. Que a estas alturas ya se ha gastado a cuenta del año 2052 un total de 13.094 millones de euros. Que la factura acumulada para ser saldada en el año 2067 alcanza ya los 15.496 millones de euros. Y que ya se ha gastado dinero a cuenta que obligará a pagar 6.333 millones de euros en el 2071…, y 266 millones en el año 2118, por citar algunos ejemplos del demoledor calendario que tienen ante si los españoles presentes y futuros por la hipoteca que ha acumulado el Gobierno.

Así consta en informes oficiales de la Intervención General del Estado recopilados por OKDIARIO. Y esto contando sólo la parte de la Administración General del Estado, sin incluir la hipoteca de las autonomías, de ayuntamientos y de diputaciones.

La razón de ese indigesto escenario que deja la Administración Sánchez es sencilla: ha gastado sin freno ahora, pero aplaza el pago. Son los llamados gastos plurianuales. Parte son facturas pendientes con proveedores por obras o servicios contratados para varios años. Otra son gastos realizados ahora y cubiertos a crédito; es decir, gasto que se convierte en deuda financiera y que se tiene que pagar a muy largo plazo. Cuando se hace el cómputo de los costes totales asumidos a futuro hay que incluir también los intereses de esa deuda.

Cuando Pedro Sánchez se instaló en La Moncloa con la moción de censura contra Mariano Rajoy, el 1 de junio de 2018, se encontró con un saldo de gastos plurianuales de 1,15 billones, a abonar hasta el año 2065. Ahora, la losa es 356.453 millones mayor, asciende a 1,51 millones de euros e hipoteca a los españoles hasta el año 2118, según los documentos oficiales a los que ha tenido acceso OKDIARIO.

Más cada día que pasa

Se trata en gran medida de deuda oculta de Sánchez porque no aflora cuando el Gobierno se refiere a las cifras de endeudamiento. Cuando lo hace, el Ejecutivo sólo da la cifra de la deuda financiera. No todos los demás conceptos. Por eso, a finales de mayo decía que ascendía a 1,38 billones, cuando en realidad el gasto comprometido de aquí al año 2118 asciende a 1,51 billones de euros. Es decir, 125.000 millones más de la última cifra de deuda financiera que ha dado de la Administración General del Estado. Ese último dato conocido y certificado por Hacienda es a fecha 30 de abril de este año. Pero cada día que pasa engorda la hipoteca, porque el Gobierno es una máquina de déficit continuo, de gastar más de lo que ingresa. Salda créditos a base de firmar más créditos y por más importe.

De esos 356.453 millones que Pedro Sánchez se ha gastado a cuenta de futuros gobiernos, 257.000 los tendrá que pagar el nuevo Ejecutivo que salga de las urnas del pasado 23J –si Sánchez logra volver a investirse con comunistas, separatistas y proetarras– o, en su defecto, si fracasa esa investidura, del Gobierno que se forme tras una repetición electoral.

La cifra de la deuda oculta de Sánchez es indigesta. Los gastos pendientes de pago a futuro no solo se han disparado un 31% en los cinco años en los que ha sido presidente Pedro Sánchez, tres y medio de ellos en coalición con los comunistas de Unidas Podemos y con la actual líder de Sumar, Yolanda Díaz, de vicepresidenta. Además, se ha alargado el calendario de la hipoteca.

Sánchez, con el respaldo de sus socios comunistas, independentistas y proetarras, ha tirado de talonario para gastar hoy lo que pagarán quienes estén al frente en las próximas –muchas– legislaturas.

La losa de quien entre a gobernar

De entrada, quien gobierne a partir de ahora, parte con una cuenta en números rojos de 590.543 millones de euros, según los últimos datos certificados por el Ministerio de Hacienda. De ellos, 256.791 millones los ha generado Pedro Sánchez. El resto, quienes le precedieron, no solo Rajoy, sino también Rodríguez Zapatero, porque una parte sustancial de esa factura pendiente procede de la etapa en la que estuvo al frente del Gobierno el ex secretario general de los socialistas.

Lejos de contener el endeudamiento de conjunto, con Sánchez ha proliferado el gasto a crédito. Y no solo en la parte de deuda financiera propiamente dicha. También en gastos corrientes, los ordinarios de funcionamiento de la Administración.

Así, en estos momentos hay 2.808 millones de euros que ya se han consumido en bienes y servicios, pero que tendrán que abonarse en 2024 y años sucesivos. También se han comprometido subvenciones por un importe de 13.155 millones de euros, igualmente a pagar a partir del próximo año.

Las inversiones, escasas

De toda esa factura que hay pendiente de saldar de aquí al año 2118, de todos esos 1,51 billones de euros, solo 287.283 millones corresponden a inversiones. Es decir, a gastos para infraestructuras y equipamientos que pueden contribuir a generar riqueza o mejores condiciones socieconómicas. El resto, el 81% de toda esa indigesta hipoteca, corresponde a gasto estructural, la mayor parte de él convertido en forma de deuda financiera.

Así, ya se sabe que entre el año 2024 y el 2118 habrá que pagar 275.238 millones de euros en intereses y 1,18 billones en amortizaciones por la deuda financiera que el Estado acumula hasta este momento.