Economía
argelia ha cancelado el comercio con españa

Malestar en la CEOE por el perfil bajo de Garamendi en la crisis con Argelia

Malestar interno entre los críticos con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, por su perfil bajo en la crisis generada por el Gobierno con Argelia, que ha derivado en la cancelación de todo el comercio entre los dos países y el consiguiente impacto en muchas empresas exportadoras nacionales. Sólo las agrícolas se juegan casi 400 millones de euros en ventas al país africano. Garamendi ha declarado este viernes antes de un acto en Vitoria y a preguntas de los periodistas que es una situación «muy preocupante» y ha instado a «la diplomacia» a «intentar arreglar ya el tema».

Estas declaraciones han apagado sólo en parte el malestar generado entre los críticos en la CEOE del presidente de la patronal. «La preocupación entre los empresarios es máxima por el tema de Argelia, por el precio de la energía… la situación es muy complicada en general y sería necesaria más contundencia por nuestra parte», explica una fuente interna.

«Ahora ha dicho algo, pero ni siquiera se nos ha enviado por parte de la CEOE un papel indicándonos cuál es la postura de la patronal sobre un tema que es grave», señalan otras fuentes críticas. La patronal no tiene convocado un nuevo Comité hasta finales de junio.

«Pero no es sólo lo de Argelia. La patronal está anestesiada mientras la situación económica no es la mejor. En el tema de los precios de la electricidad, por ejemplo, todo el mundo está hablando del impacto en las familias españolas pero nadie habla ni parece preocuparse por el impacto que sufrimos las empresas», explican estas fuentes.

Viejas rencillas

Las diferencias internas en la patronal no vienen de ahora. Garamendi fue cuestionado internamente por su impulso a un acuerdo con el Gobierno en la contra reforma laboral. Como publicó este diario, las patronales regionales de Madrid y Cataluña, y poderosas sectoriales como Anfac o Asaja mostraron sus reticencias a que la CEOE plasmara su firma en el acuerdo final para no darle una victoria política a Sánchez, que presumió de diálogo social.

De hecho, Garamendi se negó a plasmar el acuerdo en una foto con el presidente del Gobierno y los sindicatos, como sí había hecho en otras ocasiones, como con los ERTE.