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Subida de la luz: cómo limitar el consumo de energía del electrodoméstico que más gasta y ahorrar mucho dinero

El electrodoméstico que más consume
Electrodoméstico que más consume

La inquietud por las facturas eléctricas mensuales persiste como un tema recurrente en los hogares, y la incertidumbre al afrontar estos costes puede suscitar dudas sobre qué aparato contribuye de manera notable al incremento. Según los datos de la OCU de enero de 2024, el gasto medio en un hogar en España se sitúa en 63,10 euros, lo que representa un ascenso del 10,4% respecto a diciembre de 2023. Este aumento, aunque pueda parecer leve, supone un incremento de seis euros en solo un mes, lo que lleva a un desembolso anual que podría superar los 700 euros si se mantiene esta tendencia durante todo el año.

La variabilidad en las facturas de electricidad está condicionada por diversos factores, como el número de residentes en el hogar, la presencia de electrodomésticos, la dependencia de sistemas de climatización o agua caliente, la orientación del domicilio y la eficiencia energética. Estos factores, a menudo, se convierten en los culpables de los agujeros financieros a través de los cuales se cuelan los incrementos tarifarios.

Entre los factores inevitables se encuentran la orientación del edificio y la eficiencia energética, especialmente en construcciones más antiguas que tienden a tener un mayor costo energético debido a su peor aislamiento. Sin embargo, los verdaderos protagonistas que lideran el aumento de la factura de la luz son los electrodomésticos, eclipsando incluso a los elementos de ocio como televisores u ordenadores.

Ahorrar con los electrodomésticos

La cocina, con sus electrodomésticos como la inducción o la vitrocerámica, el horno, la lavadora, el lavavajillas, la campana extractora, el microondas, el termo y el frigorífico, representa el grueso del presupuesto eléctrico de un hogar. Entre estos, uno destaca por su constante funcionamiento: el frigorífico. Responsable del 30% del gasto eléctrico en un hogar español, según datos de Endesa, el frigorífico opera las 24 horas del día, convirtiéndose en el principal contribuyente al consumo energético.

Aunque no es un electrodoméstico que requiera grandes cantidades de electricidad puntual como una lavadora, su funcionamiento constante lo coloca en la cima de la lista en términos de consumo anual. Ante este panorama, se vislumbran maneras de mitigar su impacto. En primer lugar, la elección de un frigorífico con una calificación energética óptima puede marcar la diferencia. Los modelos de clase A+++ pueden consumir hasta un 80% menos de energía que los de clase D, a pesar de una inversión inicial más alta, se compensa con una mayor durabilidad.

Además, pequeños gestos cotidianos pueden contribuir a reducir el consumo del frigorífico. Evitar dejar la puerta abierta innecesariamente es fundamental, ya que cada vez que se abre, la maquinaria se ve forzada a recuperar la temperatura, aumentando el gasto. Asimismo, no introducir alimentos calientes o templados puede optimizar la eficiencia del frigorífico. Aunque pueda pasar desapercibido en invierno, hacer la compra en primavera o verano con productos que se hayan calentado en el coche implica un esfuerzo adicional para el electrodoméstico, que se traduce en un mayor consumo de energía y, en última instancia, en una factura más elevada.

Por tanto, el frigorífico es el protagonista indiscutible en el escenario del consumo energético hogareño. Con su constante operación, representa un desafío para los esfuerzos de reducción de costos, pero con decisiones conscientes, como la elección de electrodomésticos eficientes y hábitos diarios sostenibles, es posible limitar su impacto y, en consecuencia, reducir significativamente la factura de la luz.

Trucos para ahorrar en la factura de la luz

Ahorrar en la factura de la luz requiere un enfoque integral, comenzando por comprender y ajustar la potencia eléctrica contratada según las necesidades del hogar. Una potencia excesiva contribuirá a un mayor coste fijo, independientemente del consumo. Identificar las horas de mayor uso y elegir tarifas con discriminación horaria puede marcar la diferencia, permitiendo aprovechar periodos de tarifas más bajas.

El análisis de dispositivos en ‘stand-by’ y la desconexión de cargadores no utilizados son hábitos clave para reducir el consumo eléctrico. Programas de lavado eco, ajuste de la temperatura del frigorífico y la elección de electrodomésticos con etiqueta A+++ son prácticas adicionales para optimizar el consumo energético. La iluminación también juega un papel crucial y para ello se recomienda la inversión en bombillas LED de bajo consumo a largo plazo compensa su precio inicial más elevado.

En términos de calefacción, la combinación de sistemas de bomba de calor con aislamiento térmico eficiente puede contribuir significativamente a la reducción del consumo energético. Además, se destaca la importancia de revisar la etiqueta energética al adquirir electrodomésticos, priorizando aquellos con clasificación A+++ por su mayor eficiencia.

En este sentido, existen diferentes herramientas que ofrecen el cálculo de la huella de carbono. Estos servicios evalúan las emisiones de CO2 basándose en recibos de gas, luz y gastos en carburante, proporcionando a los usuarios medidas concretas para mitigar su impacto ambiental y, al mismo tiempo, ahorrar en las facturas. Este enfoque destaca la importancia de la conciencia ambiental y la adopción de prácticas sostenibles en la vida cotidiana para una transición hacia un mundo más respetuoso con el medio ambiente.

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