El comercio contra Sánchez: 19º es el «mínimo de congelación» con el que se quedan las tiendas de noche
El Gobierno de Pedro Sánchez obligará a los comercios a poner el aire acondicionado por encima de 27 grados en verano y la calefacción por debajo de 19 en invierno. Esta medida dará la puntilla definitiva al sector, que ya está atemorizado ante la previsión de que el consumo caerá notablemente por el inicio de una posible recesión. «A 19 grados en una tienda en invierno hace frío, es lo que llamamos el ‘mínimo de congelación’, la temperatura con la que se quedan las tiendas cuando se cierran», explica a OKDIARIO Carlos Moreno, vicepresidente de la Confederación Española de Comercio (CEC).
«Los 19 grados son la temperatura mínima que se pone cuando se desconectan los equipos de climatización para que cuando arranque la calefacción no lo haga desde cero y consuma mucho menos», asegura Moreno.
El vicepresidente de la patronal de comercio asegura que esta limitación de la temperatura va a suponer una caída del consumo. «Ir a una tienda en la que hace frío en invierno o calor en verano no es agradable y hace que la gente no entre o que esté menos tiempo. Y lo mismo va a suceder en centros comerciales, cines y restaurantes, esto va a tener una afectación muy grande», comenta.
En cuanto a la obligación de apagar las luces de los escaparates a partir de las 22:00 horas, Moreno considera que dará a las ciudades «un aspecto tremendo de abandono y de soledad. También provocará inseguridad y dará la sensación de ciudad fantasma, lo que lógicamente afectará negativamente al consumo».
Medidas improvisadas
Sobre este paquete de medidas, la Confederación Española de Comercio critica que el Gobierno no haya hablado con el sector para intentar llegar a un acuerdo que favorezca a todas las partes. «No es la primera vez que este ministerio toma medidas sin consultar a nadie y sin calibrar las consecuencias que tendrá», apunta Moreno.»El tema es lo suficientemente importante como para que se hubiera tenido en cuenta a los sectores que afecta y la conclusión es que todo tiene un aspecto de improvisación atroz», dice.
Por otro lado, la patronal asegura que desconoce cómo se llevará a cabo el control de que están cumpliendo las medidas. «Todavía no sabemos ni cómo lo van a hacer, ni las sanciones que se van a imponer si se incumple».
Para concluir, Moreno afirma que la CEC no dice «que no haya que regular esto, pero las cosas se hacen con calma y no deprisa para poder irse de vacaciones».
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