ENERGÍA

Celsa recibe el aval de los expertos de los Rubiralta a su plan de negocio para los próximos años

Celsa Cantabria
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La solvencia de Celsa así como su plan de negocio para los próximos años han recibido el visto bueno de un grupo de expertos este jueves en el juzgado mercantil número 2 de Barcelona. En la cuarta sesión del juicio que debe dirimir si la familia Rubiralta retiene el control de la compañía o si pasa a manos de los fondos acreedores, han comparecido esta mañana como testigos el catedrático de Economía Financiera en la Universidad de Zaragoza José Antonio Laínez y representantes de la consultora PwC, quienes han elaborado informes sobre Celsa por encargo de los accionistas actuales.

El catedrático ha concluido que ahora Celsa es «plenamente solvente» porque viene desde hace tiempo «atendiendo regularmente» sus compromisos financieros, y que esto fue así «hasta que la pandemia se la lleva por delante de manera dramática», ha dicho en referencia al «bache» en el negocio provocado por la covid. Con todo, ha defendido que la compañía, a su juicio, resulta solvente, ya que tiene capacidad de generar recursos para hacer frente a su pasivo.

Este experto también ha destacado que los proveedores de Celsa han jugado un papel importante en los últimos años en la financiación de la compañía. Con todo, ha admitido, a preguntas del abogado de los fondos, que Celsa tiene importes de deuda vencidos por valor de 1.128 millones, en el caso de la financiación ‘jumbo’, y de 1.139 millones en cuanto al instrumento convertible.

El ebitda crecerá un 3,4%

Por su parte, el socio de PwC Bernat Figueras se ha ratificado en el informe hecho por esta firma sobre la situación de Celsa y ha dicho que los planes de negocio que ha analizado esta consultora sobre diversas unidades de negocio de Celsa son «razonables». Así pues, Figueras ha avalado la previsión de la compañía de que su ebitda crezca un 3,4 % cada año entre 2022 y 2030.

El socio de PwC Francisco García Oliva, por su parte, también ha considerado «consistentes» los planes de Capex de Celsa para los próximos años, es decir, su previsión de inversiones productivas, tanto para mantenimiento como para expansión.

A preguntas del abogado de los fondos, García Oliva ha asegurado que entiende que la «estructura de financiación» facilitada por Celsa es «suficiente para soportar» su plan de negocio, aunque ha insistido en que el informe no pretendía hacer una valoración global de la compañía, sino pronunciarse sobre sus planes de negocio.

Los representantes del PwC han asegurado que, si la media del ebitda de Celsa entre 2018 y 2022 ha sido de unos 550 millones de euros, parecen razonables también las estimaciones para 2030. «El plan de negocio es razonable y conmensurado», ha insistido Figueras, que ha opinado que el sector de la siderurgia está en un «momento bueno del ciclo», aunque que el ebitda de Celsa previsto para 2023 sea inferior al de 2022.

También está previsto que comparezcan esta tarde responsables de BDO, una firma que ha elaborado otro informe que cuestiona las estimaciones de valoración de la compañía hechas por Grant Thornton a petición de Lexaudit. Lexaudit es el experto independiente nombrado en su día por el juez mercantil, a instancias de los fondos, para analizar el plan de reestructuración

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