Bruselas cree que el descenso de la inflación en diciembre es un espejismo y que puede repuntar en enero

La Comisión Europea cree que el descenso de la tasa anual de inflación en la zona euro en diciembre, que ha bajado casi un punto, del 10,1% al 9,2%, puede ser un espejismo, y que es muy probable que esta repunte en enero. Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, las estadísticas sobre el crecimiento de los precios en los distintos países están distorsionadas por las ayudas generalizadas que los estados miembros han aprobado para paliar el impacto entre los ciudadanos de los efectos de la guerra de Ucrania sobre el encarecimiento de las materias primas y de las fuentes de energía.

Esto es especialmente relevante en el caso de Alemania, el país más poblado de la Unión, y el que tiene mayor peso a la hora de calcular el índice general. El Gobierno de Berlín ha aprobado el paquete más importante de ayudas de todos los socios, por una cuantía de 200.000 millones. Pero una de sus medidas estrella se puso en marcha en diciembre pasado, cuando el Ejecutivo federal decidió pagar el coste del gas de sus ciudadanos durante un mes. Precisamente ese último mes de 2022, la tasa anual de inflación descendió del 10% al 8,6% por el menor coste de la energía.

Pero esa medida ya no se aplicará en enero, por lo que las autoridades comunitarias piensan que los precios pueden repuntar a comienzos del presente ejercicio, sobre todo en Alemania, pero también en otros estados en los que las ayudas han sido más limitadas. «El caso es que, de cualquier manera, la presencia de las subvenciones impide calibrar con exactitud las tensiones de fondo de los precios», asegura los citados medios.

España se ha situado en la mejor posición de la zona euro, con una tasa anual en diciembre del 5,8%, lo que ha desatado el optimismo del Gobierno hasta el punto de que el presidente Sánchez quiere centrar su estrategia electoral de cara a los comicios municipales y autonómicos de mayo en los buenos resultados económicos, apoyados por un crecimiento de la actividad que ha podido llegar al 5% en 2022 y un mercado laboral que se ha comportado relativamente bien.

Pero en nuestro caso, la medición del coste de la energía también se ve sensiblemente afectado porque el Instituto Nacional de Estadística no toma en consideración la evolución de los precios en los contratos libres -normalmente más elevados-, y sólo tiene en cuenta las tasas que se fijan en el mercado mayorista o regulado, que se beneficia del tope al precio del gas debido a la excepción ibérica aprobada por Bruselas. Adicionalmente, en España se da el caso insólito en Europa de que la inflación subyacente -que descuenta los precios de la alimentación y de la energía- está por encima de la general. En concreto, se sitúa en estos momentos en el 6,9%, más de un punto arriba, siendo también mucho más alta que la media de la zona euro -del 5,4%-.

Alemania aprobó en octubre pasado un paquete de ayudas contra la crisis por valor de 200.000 millones que ha sido permanentemente objeto de polémica y que ha recibido críticas de gran parte de los países miembros e incluso en el seno de la Comisión Europea con el argumento de que entraba en conflicto con el régimen de ayudas públicas de la Unión y podría suponer una quiebra del principio de solidaridad, al estar utilizando el Gobierno de Berlín su mayor capacidad fiscal.

Sin embargo, los analistas consultados consideran que esa es precisamente la ventaja de tener una cuentas públicas saneadas, «que permiten echar mano de los recursos y del colchón disponible para ser utilizados precisamente en los momentos críticos, algo que no se pueden permitir otros estados como España, que a pesar de sus altas tasas de déficit estructural y de deuda pública se ha permitido dispendios a los que no se ha atrevido ningún otro país de la Unión como revalorizar las pensiones un 8,5%.

Desde Alemania, que tiene poco más de la mitad del déficit público de España, siguen defendiendo su «escudo protector», afirmando que sus medidas de apoyo están más que justificadas. Berlín pide que se tenga en cuenta el tamaño y la vulnerabilidad de su economía por su mayor dependencia del gas ruso. En todo caso, las sospechas de la Comisión Europea sobre la resistencia a bajar de la inflación en la zona euro abundan en la determinación de Banco Central Europeo de seguir aumentando los tipos de interés hasta junio de este año como mínimo, para situarlos en entornos cercanos al 5%.