Economía
MERCADOS

Las Bolsas europeas alcanzan el punto más bajo respecto a la americana de los últimos veinte años

La explosión de las tecnológicas agranda la brecha entre las Bolsas de EEUU y las europeas

El aumento espectacular en Estados Unidos de los beneficios de las grandes empresas tecnológicas, y en especial de las ligadas a la Inteligencia Artificial (IA), ha conducido a que la valoración de las Bolsas europeas haya alcanzado el punto más bajo en relación con la americana en más de 20 años, según un análisis realizado por el banco de inversión Renta 4. La explicación, además de la pujanza de la IA, es que no hay empresas parecidas en el Continente, y que el vigor que pese a todo están mostrando los índices de París y de Berlín, que han batido sus máximos históricos, tienen que ver con la fortaleza del sector del lujo, en el primer caso, y en la potencia de los conglomerados industriales en lo que se refiere a Alemania.

Pero, al mismo tiempo, este desfase tan profundo entre la valoración de los mercados a ambos lados del Atlántico tiene un aspecto positivo. Éste es que las Bolsas europeas están en niveles atractivos en términos históricos, mientras que el recorrido en el caso de las americanas es menor, dadas las notables subidas experimentadas en los últimos tiempos, asegura Natalia Aguirre, analista de Renta 4.

Aun así, y a juicio de Aguirre, en EEUU «los múltiplos -la evolución de la cotización en relación con el resultado de las compañías- son razonables si excluimos a las siete grandes tecnológicas; y, en un escenario de resistencia del ciclo y de nuevos ajustes de costes, el crecimiento de doble dígito del beneficio por acción es cada vez más creíble».

Hay algunos destacados expertos en mercados que piensan de esta manera, y creen que no hay valoraciones excesivas en la renta variable. Hace unos días, el célebre gestor Ray Dalio decía, como ya lo hizo en enero el profesor de Wharton Jeremy Siegel, que no hay burbuja en las Bolsas y que las estimaciones a largo plazo son correctas. Es muy difícil saber si esto es así o no, entre otras cosas porque, como decía el inefable ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, las burbujas sólo se ven cuando ya han estallado. Pero todo indica que, además de buenos resultados empresariales y unos datos económicos relativamente positivos, la clave de las subidas estratosféricas de los últimos tiempos está relacionada con la abundancia de dinero, con el elevado nivel de liquidez en el sistema.

En 2021, las Bolsas y los mercados financieros estaban inundados tras las macro inyecciones de recursos: un total de más de 15 trillones americanos de dólares a cargo de la Fed y de los restantes Bancos Centrales para contrarrestar el efecto de la pandemia. Ese océano de dinero explica muchos de los excesos de 2021 y podría justificar también, al menos en parte, lo que está sucediendo ahora, porque, a pesar de las subidas de tipos, sigue habiendo mucha gasolina en el sistema, opina Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo de Renta 4.

Sede del Banco Central Europeo (BCE).

Aquella expansión, que se hizo para compensar los efectos de la crisis del Covid, sólo se ha retirado muy parcialmente. La pandemia ha pasado y se ha recuperado la economía, sobre todo la norteamericana. Pero el hecho es que el dinero que se inyectó, en gran parte sigue ahí. Por supuesto que en las subidas de las Bolsas están jugando otros factores además de la liquidez. Los resultados empresariales del cuarto trimestre están siendo en general buenos, y los datos macroeconómicos que salen apuntan a una caída de la inflación y a un mantenimiento de la actividad económica, como por ejemplo el deflactor de gastos personales en Estados Unidos, que muestra una ligera caída hasta el 2,4% en enero, y es el indicador de la inflación americana preferido por la Fed.

A partir de ahí, el S&P ha llegado a cerrar por encima de los 5.100 puntos por primera vez en su historia, y el Nasdaq superó su anterior récord histórico, que había tenido lugar hace dos años, en 2021, en plena burbuja poscovid. Todo ello tras un mes de febrero espectacular y una última semana en la que el Nasdaq subió un 1,8%, el S&P un 1%, el Nikkei un 2,8%, el Dax un 1,8% y el Eurostoxx un 0,5%. Las excepciones han sido nuestro Ibex –con una caída del 0,6%– y el Dow Jones, con un ligero descenso del 0,14%.

El S&P ha registrado subidas en 16 de las 18 últimas semanas, algo no visto desde 1971 –hace más de medio siglo–; pero es que, además, si se toma en cuenta la escala de los aumentos, es decir, si se analiza el porcentaje de revalorización de los incrementos semanales, estamos ya probablemente ante el mayor rally bursátil de la historia.

A pesar de todo, y aunque la visión de la mayoría de los analistas es positiva a medio plazo, debido a un ciclo económico más sólido de lo esperado, a que los tipos de interés han alcanzado un techo y a que los próximos movimientos serán a la baja, Aguirre considera que existen varios factores de riesgo que podrían determinar los mejores momentos para entrar en el mercado: el ajuste adicional de las expectativas de recortes de tipos en función de los datos macro que se vayan conociendo (inflación, empleo); los riesgos geopolíticos con implicaciones alcistas en inflación (Oriente Próximo, Mar Rojo), y los eventuales problemas en el sector inmobiliario en EEUU.