El BCE traslada su malestar a Calviño por las graves consecuencias del impuestazo a la banca
El BCE ha trasladado a la ministra de Economía, Nadia Calviño, su malestar con el nuevo impuesto a la banca anunciado por Pedro Sánchez en el Debate sobre el Estado de la Nación, por las graves consecuencias que puede tener para el sector e incluso para la propia supervisión bancaria, según fuentes al tanto de las conversaciones.
Concretamente, ha sido Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, el que se ha dirigido a la ministra junto a la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, siempre según las fuentes. En estas conversaciones, el supervisor bancario le ha explicado, que desde su punto de vista, este tributo es indefendible por parte del Gobierno.
A juicio del BCE, no puede considerar que los beneficios de una subida de tipos son extraordinarios, sino que es el negocio normal de la banca ; y más, después de seis años de tipos negativos, que era lo verdaderamente extraordinario. Pero lo que más les preocupa son las provisiones (el dinero que tienen que apartar las entidades para cubrir la morosidad futura): el supervisor lleva meses pidiendo a las entidades que se preparen para la caída de la economía que se avecina, cuando todavía tienen las que dotaron en la pandemia.
«No se puede mirar el negocio bancario sólo por el lado de los ingresos, sino que hay que mirarlo también por el de las provisiones. Si el sector va a tener que hacer un esfuerzo añadido por el deterioro de la situación, no le puedes poner además otro impuesto», es la posición del BCE, según una de las fuentes.
Elevar los requisitos de capital
Las quejas al Gobierno español van más allá y alcanzan la propia supervisión bancaria: ¿Cómo pueden regular un sector con esta inseguridad jurídica?, es uno de los planteamientos del Banco Central. O bien si tendrán que elevar los requisitos de capital del sector para hacer frente a este nuevo gasto.
El mandato del supervisor único europeo es velar por la solvencia del sector financiero, que se verá golpeada por el tributo de Sánchez. Pero si se suma a este coste una mayor necesidad de capital, la rentabilidad de la banca caerá en picado y las entidades tendrán que acometer nuevos despidos y cierres de oficinas.
Estas quejas del BCE se suman a las dificultades que tendrá el Gobierno para sacar adelante el impuesto con algunos de sus socios, en especial el PNV, como ha informado OKDIARIO. Asimismo, el sector está estudiando posibles acciones ante los tribunales. Por todo ello, muchos en el mundillo financiero consideran que finalmente no saldrá adelante o que se quedará muy descafeinado.