El BCE incluirá los alquileres en el cálculo de la nueva inflación para que refleje mejor la realidad
El regulador liderado por Christine Lagarde quiere cambiar parámetros para medir la inflación y quizá así conseguir que suba.
La inflación de la zona euro lleva mucho tiempo estancada, y las recetas tradicionales para levantarla (expansión monetaria, compra de deuda, bajada de tipos) no funcionan. Quizá por ello, el Banco Central Europeo (BCE) está ya trabajando con su nueva presidencia en manos de Christine Lagarde por ajustar el dato estadístico de inflación a la nueva realidad de 2020. Así lo aseguró el vicepresidente de la entidad Luis de Guindos este mismo viernes en Madrid, donde dijo que «el BCE está haciendo cambios para incluir los alquileres» en la tasa de inflación.
«Hay un debate intelectual y académico de por qué la inflación no está próxima al 2%», dijo Guindos, quien considera que la sociedad «cree que hay una inflación superior a la que hay de verdad, porque los alquileres, sobre todo en determinadas zonas de Europa, han subido mucho». El BCE ha inyectado mucha liquidez en el mercado pero la inflación apenas sube y se ha pensado que quizá es porque el índice de precios al consumo (IPC) no se mide bien.
Por ello, uno de los objetivos de la reformulación que ya se está llevando a cabo es modificar la relación del BCE con la tasa de precios, que se formuló en 2003 y desde entonces no ha sido revisada.
«Más peso a vivienda»
Tal y como señala Pablo Fernández de Moscairén, analista de Renta 4, «se espera es que haya una revisión en el objetivo de inflación que en vez de decir que hay que estar al 2% pero por debajo haga como la Fed: un objetivo simétrico. Que unas veces pueda permitirse que esté por encima y otras por debajo. Al BCE le cuesta mucho lograr que se llegue y la idea es que si va por encima del 2% no pasa nada».
Sin embargo, manifiesta Moscairén, «otros dicen que podría revisar el objetivo hacia una tasa superior pero esto no creemos que vaya a ir tan lejos como eso». Lo que si ocurrirá con probabilidad es el citado cambio en el peso de los componentes: «Que se revisen las ponderaciones para dar más peso a los componentes como la vivienda, que pesa menos en la cesta de consumo del gasto de las familias y que viene teniendo cada vez una inflación por encima del IPC».
El apartado ‘vivienda’ para el IPC no incluye el gasto propio de la misma (que no cuenta como inflación sino como precios de vivienda), sino gastos energéticos asociados a la vivienda.
Energía y alimentos, que se quitan del índice de inflación para dar la inflación subyacente, también se reformularán, cambiando las ponderaciones como también en «hogar, calzado, ropa, tecnología», según Renta 4. Hay que tener en cuenta que sólo el gasto tecnológico ha aumentado mucho en la última década y que este es un apartado generalmente deflacionario.
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