Economía
TRANSPORTE AÉREO

Air Europa endurece posturas con los pilotos a la espera de que Bruselas apruebe su compra por IAG

El lunes acude al Servicio de Mediación a instancias del Sepla, que pide recuperar el poder adquisitivo perdido en la crisis aérea

Globalia asume que la decisión de Bruselas sobre la compra tardará un año y mantiene su estrategia para la compañía

IAG cierra la fusión con Air Europa pagando 500 millones a la familia Hidalgo más la deuda

«Si salimos, salimos todos». La opinión de los pilotos de Air Europa sobre la situación creada en torno a la negociación que mantienen con la aerolínea de Globalia resume el estado de opinión de este grupo de empleados. Tras varios meses de conversaciones, la compañía propiedad de la familia Hidalgo no parece haber cambiado demasiado su postura. De hecho, los desencuentros con la dirección hacen que el sindicato de pilotos, el conocido Sepla, no descarte la convocatoria de movilizaciones que, en una época de tirón turístico como Semana Santa, podrían perjudicar seriamente a la empresa.

Fuentes conocedoras del proceso señalan que empresa y pilotos han llegado a un ‘punto muerto’: los responsables de operar la flota de Air Europa quieren que la compañía les asegure (en uno o varios plazos) la recuperación del poder adquisitivo perdido como consecuencia del parón de actividades forzado por la pandemia y la crisis aérea que la sucedió. Enfrente, la dirección de la aerolínea parece dispuesta a aceptar algunos desembolsos a cambio de que la plantilla de comandantes y ‘segundos’ acepte renunciar a parte de los derechos que tiene reconocidos en convenios anteriores.

La aerolínea tiene muy claro que una consecuencia de dicha crisis es la (posible) pérdida de la ‘joya’ de Globalia que pasará a manos del gigante IAG -previa aprobación de Bruselas- y a la mitad del precio pactado inicialmente (mil millones de euros). Según. parece, la Comisión Europea, aunque ya tiene trabajo adelantado con la anterior intentona de compra antes de la pandemia, podría dar su veredicto en mayo del año próximo, poco antes de las elecciones europeas.

Por eso, en el año que le queda de gestión, el grupo balear ha optado por controlar al máximo los costes y evitar que IAG pueda volver a revisar el precio de compraventa definitivo, fijado tras el Covid en 500 millones.

Aunque el Sepla rehúsa dar cifras, lo cierto es que, según algunas estimaciones, los pilotos podrían haber perdido en estos últimos años entre el 18% y el 28% de su remuneración (salario, complementos…). Por ello, quieren asegurarse el establecimiento de algún «mecanismo de compensación que compense la merma de poder adquisitivo». Y sin esa garantía, los pilotos no quieren seguir con la negociación del resto del quinto convenio de la compañía balear.

Ante esa situación de bloqueo, el colectivo insiste en su voluntad de evitar las movilizaciones y, por ello, el lunes pasado pidió la intervención de la Fundación del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje FSP (SIMA-FSP). Se trata de una institución, creada en 1997 por CEOE, CEPYME, CCOO y UGT, tutelada por los ministerios de Trabajo y Economía Social y el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Según el procedimiento habitual del SIMA, los recursos se ven a las 72 horas. Eso hace pensar que hoy mismo (Sepla solicitó la intervención del SIMA el lunes) empresa y pilotos podrían reunirse en la madrileña calle de San Bernardo, sede del organismo. No obstante, al tratarse de la víspera del inicio de la Semana Santa, la reunión se ha pospuesto al próximo lunes, una vez concluido el periodo de vacaciones en Madrid.

En una nota interna enviada a sus asociados, la sección sindical del Sepla en Air Europa lamenta que la compañía haya «ignorado todas las reivindicaciones presentadas por los pilotos en favor de unas condiciones laborales justas y de una recuperación de la pérdida de poder adquisitivo» por parte de estos trabajadores. Al mismo tiempo, los negociadores reconocen a los asociados no entender la actitud adoptada por la dirección de la aerolínea dado el «talante conciliador y constructivo que los pilotos han mostrado con la empresa durante estos últimos diez años y, especialmente, en la pandemia», asegura la carta.

Interpretaciones hay para todos los gustos, desde que la postura de fuerza es un mensaje a IAG e Iberia de que el equipo actual puede hacer frente a cualquier situación, incluido un pulso con los pilotos. Aunque pocos parecen creer esta alternativa a la vista de la buena temporada de Semana Santa y verano que se anticipa.

El Sepla señala en su comunicado que el recurso ante el SIMA es el último «antes de convocar una huelga». Y destaca que su reivindicación se produce en un momento en el que Air Europa recupera ya los niveles de actividad prepandemia.

Oferta desigual

La compañía aérea de los Hidalgo mantiene una posición de dureza en la negociación habida cuenta de que, según ha trascendido, considera que subir el sueldo de los pilotos en la misma medida que lo ha hecho a otros colectivos como el de trabajadores de handling (servicio de asistencia en tierra a aviones y/o pasajeros que desarrolla a través de su filial Groundforce) supondría elevar la masa salarial de los pilotos hasta el 46% la nómina total de la compañía.

Tras la congelación del salario de los pilotos en los últimos años, la compañía ofrece una paga del 3% del salario, del que solo sería consolidable el 1%, para compensar la pérdida de capacidad adquisitiva en 2022. Para el ejercicio en curso -según la nota interna- la subida estaría en el 2,5%, aunque vinculada a productividad y puntualidad.

Frente a ello, los pilotos defenderán la petición de una subida salarial del 5,7% en 2022 con efecto retroactivo y del 6,5 % para este año, cifras más en línea con las subidas del IPC registradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el consenso en las previsiones de inflación de los expertos.

La oferta de la empresa se considera «rigurosa», habida cuenta de que el convenio de sus trabajadores de tierra firmado a finales del mes pasado incluye, entre otras condiciones: la recuperación real del IPC de 2021, subidas salariales del 13% acumulado entre 2022 y 2025, más un incremento del 9,25% (según el cierre de los IPC reales de este período). Además de 30 días laborables de vacaciones o la incorporación de los permisos retribuidos, tal como recoge el convenio de sector de handling.

Bien es cierto que a Globalia no le interesa lo más mínimo ningún tipo de conflictividad en ese colectivo ante los concursos de handling convocados por Aena. La empresa de los Hidalgo ha pasado el primer corte en la selección de candidatos (presentó oferta para 16 aeropuertos) y ahora se enfrenta a Iberia, Acciona, WFS, Swissport, Atlántica y Aviapartner, algunos con gran presencia en aeropuertos extranjeros, y que han presentado propuestas muy ambiciosas. Globalia y Swissport, son la gran competencia de Iberia. Tras hacerse con la filial de handling de Ferrovial, el grupo suizo compró a FCC la totalidad de las acciones de Flightcare en 2012 con lo que se hizo con la operación en 14 aeropuertos, incluido el de Bruselas y los de Roma-Fiumicino y Roma-Ciampino.

Iberia tranquiliza

Mientras tanto, Iberia ha querido tranquilizar al gobierno balear. El presidente de Iberia Express, Carlos Gómez, y el director corporativo, Juan Cierco, han garantizado al Gobierno de Baleares que mantendrán los puestos de trabajo y la conectividad de la isla tras la compra de Air Europa.

Así lo han asegurado durante un encuentro con la presidenta autonómica, Francina Armengol, y el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela.

Los directivos de Iberia han trasladado al gobierno autonómico que el compromiso de la compañía con el archipiélago es «total» y han defendido la operación de compra de Air Europa, para subrayar su voluntad de mantener los cerca de 2.500 contratos actuales, tanto en la sede de Llucmajor (Mallorca) de Air Europa como en el servicio de handling y el call center.

Recientemente, el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, aseguró que las autoridades europeas de Competencia pueden encontrar concentración de mercado en un par de rutas en Baleares y otras tantas en Canarias tras la compra de Air Europa por IAG. También reconoció que «puede haber problemas» de competencia en algunas rutas a América Latina, aunque no en primeras ciudades.

Las autoridades de Competencia comunitarias analizarán la compra para ver en qué rutas puede quedar dañada la concurrencia y perjudique a los consumidores. De darse ese caso, lo siguiente será pactar con IAG la cesión de esas rutas a otros operadores (remedies en la terminología inglesa). Para el grupo que preside Luis Gallego el objetivo es demostrar que «con los remedios adecuados los precios van a seguir siendo competitivos», dijo.