SECTOR AÉREO

Las presiones de la banca llevaron a Hidalgo a aceptar la oferta de IAG por Air Europa

El empresario recibió una negativa cerrada a 'suavizar' la financiación convenido de la capacidad de crecimiento de su aerolínea

IAG cierra la fusión con Air Europa pagando 500 millones a la familia Hidalgo más la deuda

Las presiones de la banca llevaron a Hidalgo a aceptar la oferta de IAG por Air Europa
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La negativa de la banca acreedora de Air Europa a ‘suavizar’ las condiciones de financiación y las presiones políticas (en favor de IAG) recibidas llevaron a su fundador y presidente, Juan José Hidalgo, a aceptar la oferta de 400 millones de euros por el 80% que aún no controla de la compañía.

Diversas fuentes bancarias apuntan a que el empresario salmantino sondeó a algunas de las entidades que forman parte del sindicato del crédito de 140 millones (avalado por el ICO). Esas mismas fuentes señalan también la negativa a aceptar cualquier rebaja en las condiciones acordadas por parte de las entidades. El contacto no se habría realizado por vías oficiales con el sindicato bancario. De ahí que, desde otra institución financiera, que niega haber mantenido negociación alguna, reconozcan que, de haber recibido alguna propuesta en esa línea, habrían recomendado a Hidalgo la venta de su compañía.

Una postura mucho más suave que la mostrada la víspera del anuncio del acuerdo de compraventa por los analistas de Barclays, cuando aconsejaban a IAG que se olvidase de hacerlo y dejara hundirse a la aerolínea balear. «No compartimos la opinión de los directivos de que sería un movimiento constructivo -señalaba Barclays-,  creemos que para IAG sería mejor dejar que Air Europa, con problemas financieros, se hunda o fracase».

Para el banco británico, la gran deuda de la empresa española (en torno a los 700 millones de euros) afectará al apalancamiento del grupo hispano-británico-qatarí, “parece que hay poco a ganar absorbiendo su cartera de slots en Madrid”, añadía el analista,  porque los derechos de vuelo “no están restringidos”. IAG negaba este extremo en un comunicado al señalar que la compra tendrá un «impacto limitad0» en su nivel de deuda financiera.

Por el lado oficial, el principal acreedor de Air Europa es la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con 475 millones de euros aportados a la aerolínea de Globalia. La posición que la sociedad pública que preside Belén Gualda ha mantenido en todo momento ha sido de apoyo al proyecto de integración con IAG.

Al igual que el grupo aéreo internacional que preside Luis Gallego, la SEPI ha entendido que la integración de la compañía balear servirá para fortalecer el sector aéreo español y situar el aeropuerto de Madrid-Barajas-Adolfo Suárez en el grupo de cabeza de los hubs (centros de distribución de vuelos) europeos.

Presiones políticas

Convencido de la capacidad de remontar la grave crisis generada por la parada de actividades que generó el Covid, Hidalgo ha mantenido en los últimos meses una frenética actividad en todos los frentes…  y las presiones políticas también.

El Gobierno ha mantenido la misma postura que Iberia (que ha llevado las negociaciones por la parte compradora) y ha entendido -y reconocido-  que la compra de Air Europa es una operación estratégica para la industria española.

Dada la trascendencia de la aerolínea balear para el sector turístico nacional, la intervención no se hizo esperar. De hecho, en plenas negociaciones, el secretario general de Asuntos Económicos de Presidencia del Gobierno, Manuel de la Rocha, dirigió una reunión en La Moncloa entre los máximos responsables de ambas compañías, Juan José Hidalgo y Javier Sánchez-Prieto a petición personal del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Incluso, la entonces secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, dejó claras sus prioridades: “El primer interés de ministerio y del Gobierno -decía- es que Air Europa, a la que se ha ayudado, mantenga su sostenibilidad económico-financiera para que no esté en riesgo el erario público; así que utilizando lo que tenga que utilizar, que se mantenga”.

Su objetivo, que el grupo aéreo de capital qatarí  reconociera el valor intrínseco de Air Europa, su peso en el mercado, el reconocimiento de su marca y su capacidad de crecimiento para que el grupo IAG, con Luis Gallego al frente, aceptara volver a la primera valoración (previa a la pandemia) que hizo de la aerolínea balear: mil millones de euros.

Bien es cierto que el plazo de aceptación de la oferta de IAG acababa a finales de marzo. También que durante los dos años siguientes, el grupo propietario de British Airways, Iberia, Vueling, Air Lingus y Level (low cost) se había reservado la ex­clu­si­vidad de las ne­go­cia­ciones por 35 mi­llones de eu­ros y un derecho de tanteo para el caso de que Hidalgo vendiera la empresa a un rival.

Sin embargo, para desencanto de su fundador, Air Europa recuperaba la confianza de los viajeros -especialmente en 2022 con aviones llenos en su temporada alta- al mismo ritmo que perdía la del sector financiero a la vista de que los 475 millones de dinero público aportados dentro del Plan de Recuperación del Covid, apenas duraron un año por las pérdidas récord de 427,7 millones que registró su empresa en 2020.

El empreario salmantino, apremiado por el calendario pero, sobre todo, por la deuda y las pérdidas acumuladas por la compañía, hablaba con cuantos pudieran permitirle ganar un tiempo que, al final, no ha tenido. Porque, desde el punto de vista operativo, Air Europa ha sabido aprovechar la ‘ola’ de la recuperación del turismo y la actividad del transporte aéreo. De hecho, los datos facilitados por IAG para comunicar el acuerdo alcanzaro con Juan José Hidalgo, reflejan cómo la aerolínea balear fue capaz de duplicar sus ingresos en 2021, con 897 millones (460 millones en 2020) después de haber  frente a los 2.100 millones ingresados antes del Covid.

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